CIUDAD DE MÉXICO.

Miles de madres de mexicanos que han desaparecido marcharon el viernes en ciudades de todo el país para conmemorar el Día de las Madres y exigir a las autoridades que encuentren a sus hijos, o por lo menos sus cuerpos.

Unas 40.000 personas han desaparecido desde que empezó una ofensiva contra el narcotráfico en 2006. Muy pocas han sido encontradas, aunque hay muchas fosas clandestinas en las áreas rurales. Con frecuencia, los restos humanos no son identificados, dejando a las familias sin información sobre sus parientes por más de una década. Algunas familias tienen que llevar a cabo sus propias investigaciones.

Es el caso de Rocío Morales, cuyo hijo, Pedro Morales González, fue secuestrado hace casi 11 años. El viernes ella lloraba desesperadamente en la Ciudad de México mientras sostenía un cartel que hizo hace cinco años en el aniversario de su desaparición y con el que ha marchado desde entonces.

Aunque Morales ha presentado reportes ante las autoridades locales, estatales y federales y ha ido de agencia en agencia en busca de información, dijo: “Nada, no hay nada aunque yo sepa quiénes fueron”. Demasiado pobre para contratar a un abogado, dice que las autoridades “nos cierran las puertas en nuestra cara”.

Morales, que está criando a sus nietos, dice que simplemente quiere saber qué le sucedió a su hijo, que era un trabajador eléctrico de 37 años.