jueves 19 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

Tiempo de pedir perdón

Por Crónica Digital MX
marzo 23, 2021

Nunca, ningún gobernante, del nivel que sea, ni servidor público, ni legislador que haya llegado a un cargo de elección, ha tenido el valor de comparecer ante sus gobernados y pedir perdón por los errores cometidos. La mayoría de sus malas acciones, incluso, actos de corrupción quedan impunes. 

Y cuando llega a ocurrir y son citados por la justicia, es porque su sucesor quiere cobrarse alguna afrenta o quedar bien ante sus electores; es más propaganda, que acciones sustentadas en la legalidad.

Algunas veces, antes de irse del poder, ciertos gobernantes, suelen ofrecer disculpas privadas o tratan de reconciliarse con sus adversarios y enemigos, pues saben que sin fuero o sin influencias, volverán al mundo terrenal y no quieren sufrir reproches de quienes hicieron algún agravio. La reconciliación, no se le da al hombre del poder, porque mientras lo tiene se vuelve absolutista, soberbio y tirano, y de su vocabulario desaparecen palabras como el «perdón», la «disculpa», o expresiones de «cuánto lo siento».

El poder envilece, transforma, cambia y embrutece al ser humano; lo vuelve inalcanzable.

En el quinto año de gobierno de Egidio Torre, cuando la opinión pública tenía ya una percepción real de lo que había sido su administración y existía un juicio final sobre su paso por el gobierno, el entonces gobernador, asesorado por alguien, le recomendó reconciliarse con sus adversarios; y lo hizo, contra su voluntad, pero lo hizo.

Arrepentido y con la cola entre las patas por todos los errores y daños cometidos, tomó el teléfono y concretó citas con quienes tuvo discrepancias. El ejemplo más comentado fue cuando se reencontró con Eugenio Hernández Flores, el mismo que le dio la gubernatura dos veces a la familia Torre: primero a Rodolfo Torre que fue arteramente asesinado, y después a Egidio. 

En pago a ese gesto, Egidio, aliado y envenenado por Felipe Calderón, persiguió no solo a Eugenio y a los geñistas, sino a los rodolfistas y amigos de su hermano fallecido.

Egidio gobernó primero con miedo, y después con rencor. Veía fantasmas por todos lados y culpaba a todos de la muerte de Rodolfo.

Cuando llegó el momento de estar frente a Eugenio, le pidió perdón por todo lo sucedido. Algunos dicen que hasta lloró, aunque luego aseguraron que fueron lágrimas de cocodrilo las que derramó; Luego fue con toda la familia de Eugenio en donde igual, hubo lágrimas. 

Luego llamó a Ricardo Gamundi, a quien también persiguió y maltrató; a la Casa de Gobierno citó a Mario Ruiz Pachuca, con quien se ensañó y encarceló por más de un año, sin haber motivos reales para hacerlo. Y así lo hizo con muchos, pero jamás con los tamaulipecos con quien debió hacerlo por sus malas acciones. 

Pero así como Egidio, tampoco lo hicieron sus antecesores, y tampoco lo harán quienes lo sucedieron en el cargo o están por irse.

Ahora que están por iniciar las campañas, y donde muchos candidatos van a tomar la calle a solicitar el voto ciudadano, antes de hacerlo, tendrían que hacer un examen de conciencia a partir de lo que le han hecho a la sociedad, y deben pedir primero perdón por todo el daño que han causado a la población. 

Los partidos políticos, que están obligados a ser los garantes de la democracia y de los buenos gobiernos, deben obligar a sus hombres y mujeres que van tras un cargo de elección, que a nombre de los malos gobiernos del pasado, ofrezcan una disculpa y pidan perdón para que la sociedad pueda volver a creer en la política, en los políticos y en los gobiernos.