Aunque faltan dos años y medio para el relevo en el poder en Tamaulipas, todos están hablando y pensando en el 2021 y en el 2022. Más, tras los resultados que se dieron el 2 de junio, en donde el PAN, contra lo que se diga, y la baja votación que obtuvo, consiguió ganar casi todo el Congreso; sí tenía en la agenda ganar, pero no de la manera como lo hizo; los mismos mandos en el partido admiten estas sorprendidos por el resultado.
Por eso, pasado este evento, todos en Acción Nacional, en Morena, e incluso en el moribundo PRI, se metieron en la cabeza de forma inmediata el chip del 21 y del 22. Quien gane en Tamaulipas la elección del 2021, automáticamente se pone en ventaja de cara a la sucesión gubernamental en el 2022.
Para quienes permanentemente están revisando y analizado escenarios, aseguran desde ahora que el PAN puede seguir en el poder más allá del 2024, sea con el candidato o candidata que sea, porque apuestan a dos cosas: al desgaste natural que tendrá Morena y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador principal divisa electoral de los morenos, y la falta de un cuadro o figura política que sirva de contrapeso al panismo tamaulipeco, que dicho sea de paso, anda con el ánimo por la nubes y no están dispuestos a entregar el poder con facilidad.
El rival del PAN en 2021 y en el 2022 va a seguir siendo Morena, aunque los emisarios del priísmo creen que su partido puede volver al protagonismo siempre y cuando el próximo líder estatal en el PRI sea un hombre o mujer que reúna tres requisitos: 1.-Que sacuda al PRI y lo meta en una dinámica opositora constante, que señale los errores del gobierno. 2.-Que no tenga ningún vínculo con Egidio Torre, que es el lastre más grande que tuvo y tiene la actual dirigente Yalheel Abadala y que la jaló al abismo en que se encuentra, y 3.-Que sea un líder con independencia económica, porque los últimos no tuvieron los recursos para operar y terminaron siendo apéndices o empleados del gobierno panista.
Pero será Morena y sus figuras, las que le dan la batalla en el PAN en Tamaulipas. Aun así, en los análisis que se hacen, no ven a ninguno de los aspirantes que se mueven desde ahora como adversarios de respeto. A Américo Villarreal Anaya, Héctor Garza González, José Ramón Gómez Leal, Mario López, Adrián Oseguera y Rodolfo González Valderrama, se les toma en cuenta porque surgieron del tsunami electoral llamado López Obrador y que no creen que se repita de nuevo. Están en el aparador político gracias a AMLO, no por méritos propios; aunque algunos están tan loquitos que creen que ellos ganaron por sus prendas.
Algunos de ellos, le apuestan a la amistad con el presidente López Obrador, pero como se están dando la cosas, hacen creer que el inquilino de Palacio Nacional no mete las manos por sus amigos en candidaturas. Además son tantos los problemas que trae en las manos el presidente que no va a distraerse en nimiedades, menos a apostar por proyectos locales que no abonan en nada a sus tareas de gobierno.
Conclusión. Para arrebatarle el poder al PAN en Tamaulipas, primero hay que ganarle el 2021 y construir una estructura con Morena que lo haga protagonista en las urnas y no se repita la historia de junio pasado en donde las traiciones y los pleitos exhibieron todas sus debilidades.
Del PAN y sus prospectos hablaremos en la próxima.
