Los que entienden la Cuarta Transformación y la aplauden, la explican así: “lo que estamos viendo es nada para lo que viene; el cambio de régimen será doloroso y lastimará a ricos y pobres; nadie quedará excento del sufrimiento”.

Aquí aplica el principio “si no hay dolor, no hay triunfo”, dicen y están conscientes de que esperan lo peor.

“Matar al dinosaurio no será fácil. En el 2000 cuando se dio el primer gran cambio a través de las urnas, el monstruo tricolor fue muy hábil y se pintó de azul; no solo sobrevivió sino que se fortaleció profundizando la corrupción de la política; el poder político devoró al poder económico y se se blindó desde el poder; por eso ahora será más complicado matarlo, pero lo vamos a lograr; esto costará sangre y muchas lágrimas, incluso muertes”, admiten.

Cuentan que cuando Andrés Manuel se acercó a ellos para sumarlos y convencerlos del nuevo proyecto de nación, les dijo que desmantelar el sistema corrupto edificado por años, iba a costar mucho sufrimiento al país, “vamos a quedar al principio como los malos, pero el tiempo y la historia nos va a premiar”.

Cuando Poncho Romo, Tatiana Clouthier, Germán Martinez, Elba Esther Gordillo, Napoleón Gomez Urrutia, Manuel Barttlet y todas la figuras cuestionadas desde un principio, que sabían de lo podrido que estaba el sistema neoliberal y que los expulsó de su zona de confort, aceptaron ser redimidos por Andrés Manuel y se sumaron a lo que ahora llaman la Cuarta Transformación. “Para que la cuña apriete…” dijeron y aceptaron dar la batalla que ganaron el primero de julio del 2018.

Lo que está haciendo el Presidente no son ocurrencias, aseguran.

Todo está fríamente calculado. El combate a los huachicoleros en Pemex se planeó desde antes, incluso se sabia que podía haber accidentes y muertos como así sucedió en el estado de Hidalgo con la explosión que acabó con la vida de 140 personas, incluyendo inocentes y niños.

Lo del ajuste al presupuesto en el sector salud qué impacto hospitales y afecto a enfermos que se quedaron sin medicinas; dolió y dañó la imagen del presidente, pero estaba previsto. El despido en el SAT y el cese de más de 100 mil burócratas que no hacían nada y cobraban millones, se tenia programado. La rebelión de policías federales y la fusión de algunas áreas en el ejército y la Marina que causó malestar a los mismos mandos castrenses está en el plan de reestructuración de los cuerpos de seguridad.

Todo el sistema viejo y sus instituciones están podridas y hay que tirarlas para volver a reconstruirlas. Hay que reinventar al país, y si eso va a costar votos en las urnas, daños en la imagen y sufrimiento entre los mexicanos, se va hacer. Así que no se asusten, todavía falta mucho por ver y padecer, dicen los que justifican todo lo que está pasando.

Esta es la Cuarta Transformación.
En su momento Juarez lo hizo y le costó mucho dolor. Por donde pasaba o se paraba lo linchaban, pero el sabía que estaba afectando a los poderosos. La iglesia y los hombres de poder, es fecha que no le perdonan, lo que les hizo y les quitó. Igual Madero, que tuvo que pagar con su muerte a cambio de tumbar la dictadura Porfirista y sus científicos.

Andrés Manuel, dicen sus apologistas no va a ver concluida la obra que está haciendo porque van a pasar años y muchas cosas en este país.

Lo que sí es cierto es que destruir duele y para hacer un Nuevo México, va a ser Muy costoso. Le Revolución costó 1 millón de muertos, aquí ya va casi el medio millón y faltan muchos más.

Así que no se asusten que viene lo peor, aseguran los que entienden y aplauden la Cuarta Transformación.