viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

¿Qué hacer con los ‘superdelegados’?

Por Crónica Digital MX
octubre 30, 2020

Si de algo está arrepentido el presidente López Obrador, es del error que cometió al designar «superdelegados» en los Estados apenas llegó al gobierno. Ninguno hizo bien su trabajo y todos le fallaron; ahora son su principal dolor de cabeza.

El Presidente quería que estos funcionarios fueran sus ojos y sus oídos en cada entidad, y que fueran contrapesos de los propios gobernadores, pero no contó con que estos lo traicionaran y se volvieran en contra de él. Los recursos que les mandó, estos los usaron para el beneficio propio y los convirtieron en plataformas para proyectarse políticamente; o lo que es peor: fomentaron la corrupción, cuando su encargo principal era combatirla. Ahora sobre ellos pesan acusaciones graves de desvíos de recursos; también, todos se han convertido en aspirantes de Morena a las gubernaturas, y el Presidente no sabe como deshacerse de ellos.

Destituirlos o cambiarlos, les daría la razón a los gobernadores que desde un principio se opusieron a sus nombramientos, y de paso estaría validando a sus críticos que todos los días le reprochan los yerros de estos funcionarios.

El primer «superdelegado» que causó problemas a la 4T fue el funcionario de Jalisco, Carlos Lomelí, quien en julio del 2019 fue acusado de ser beneficiado con contratos del gobierno. Por ese hecho tuvo que renunciar provocando el enojo público del Presidente.

El «superdelegado» de Guerrero, Pablo Amilcar Sandoval, hermano de la secretaria de la Función Pública, Irma Erendira Sandoval, después de ser denunciado de haber adquirido residencias millonarias, renunció para ir tras la candidatura de Morena en ese Estado, esto sin tener consentimiento del Presidente.

El más reciente fue el de Nayarit, Manuel Peraza Segovia, que también renunció para ir tras la gubernatura. Otros que aspiran a lo mismo son los de Campeche, San Luis Potosí, Michoacán, Colima y Chihuahua.

En Nuevo León, la superdelegada Judith Díaz, no aspira, pero hasta hace tres días era la principal promotora de la candidatura de Tatiana Clouthier, que sorpresivamente anunció que no buscaría la gubernatura. 

En el caso Tamaulipas, es del dominio público su conducta ilícita al frente del cargo y quien más molesto tiene al presidente López Obrador. José Ramón Gómez Leal, es el lastre más grande que tiene la Cuarta Transformación en la entidad.

Como se puede observar, los «superdelgados», se convirtieron en unos frankenstein para el Presidente que no lo puede controlar y peor aún, no sabe cómo hacerle para sacudírselos. 

Lo que se sabe es que algunos de los expedientes de los «superdelegados», los más graves, ya están en manos de la Fiscalía General de la República, y será esta instancia la que se encargue de someterlos mediante la ley. 

Andrés Manuel López Obrador lo admite en corto que esos funcionarios han sido su principal error y que en su momento ajustará cuentas con ellos. ¿Será?.