Al consumarse la desaparición del Fideicomiso para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que venía incluído en el paquete de los 109 Fideicomisos, y que los diputados de Morena aprobaron por instrucciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador, deja en la completa indefensión a mil 086 personas y sus familias que han sido víctimas de gobiernos represores y de los grupos criminales.
Son 721 defensores de derechos humanos y 365 periodistas que hoy están en el desamparo.
¿Qué va a pasar con todos ellos, si no existe más este Fondo que permitía implementar medidas de prevención y protección y que garantizaban su vida, su integridad, y su seguridad?. Todos han sido perseguidos, amenazados y desplazados de sus ciudades, y hoy están al garete y en medio de la incertidumbre.
Desde el martes, hasta la madrugada de este jueves, los diputados de Morena y sus aliados cumplieron el encargo de desaparecer los fideicomisos, y en este proceso de limpia se llevaron entre los pies este programa de protección.
El 25 de junio del 2012, después de intensas batallas y presiones de periodistas y organizaciones civiles, se creó y logró entrar en vigor el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, respaldado por una Junta de Gobierno y un Consejo Consultivo ciudadanizado, que empezó a operar con muchas limitaciones legales y presupuestales, pero que finalmente representaron una luz de esperanza para este sector tan golpeado y que es garante, contra lo que muchos puedan opinar, de la libertad de expresión y de hacer valer los derechos humanos de las víctimas de este país.
El gobierno de la Cuartaté, en su lucha contra la corrupción, que es válida y aplaudida por la mayoría, no puede comparar ni meter en el mismo costal este Fondo con los demás fideicomisos que se crearon en el pasado bajo criterios políticos y transas de los gobiernos pasados.
El criterio usado para este fin, es poco sensible y hasta vengativo de parte de este gobierno que ve a la prensa, a los periodistas y a los defensores de los derechos humanos como sus enemigos.
Ni en los tiempos negros del priísmo donde el poder absoluto silenciaba, mataba y desaparecía las voces críticas, los periodistas fueron víctimas del acoso y el escarnio diario como ahora se hace desde el púlpito mañanero.
Los mil 086 personas que están bajo este Mecanismo de Protección, y el Consejo Consultivo de este, expresaron su preocupación por lo que ha ocurrido y desconocen que va a pasar con ellos. Los mismos organismos internacionales de derechos humanos como el Relator Especial de Naciones Unidas (ONU) sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, y el Relator Especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se han sumado a este reclamo para que no dejen indefensos a las víctimas que están adscritas a este programa.
La diputada de Morena, Rocío Barrera que votó en contra de la desaparición del Fondo para Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos, lamentó que el gobierno al que ella pertenece, esté descobijando a la prensa perseguida y amenazada, «esto es muy grave y va marcar al gobierno ante los ojos del mundo como el que abandonó a su suerte a la prensa cuando esta más necesitó del apoyo del Estado para ejercer la libertad de expresión».