Agustín de la Huerta y Adrían Oseguera padecen penuria y miseria en cuanto adeptos políticos se refiere.

Por lo cual se comprende que son momentos de pendencias arrebatadas, en donde todos quieren pelear con quien sea, menos con el más fuerte.

El peso ante la opinión pública verdadera y la más importante para un gobernante: la popular, les causa desesperación y nervios.

Por eso atacan a su ‘target’ con ocurrencias y lo llenan de calificativos porque nada que no sea un montón de cosas buenas y progreso para la Madero-Miramar encuentran. Todo es a título de perdedores (los dos han “perdido” elecciones ante el PRI).

Los dolores más grandes están ahí, pues existen dos que se afectan con la perdida porque hoy Madero representa un contraste que al paso de los meses ha ido marcando cada vez más el porqué del constante triunfo, y porqué ganó la elección Andrés Zorrilla.

Al paso del tiempo esto queda claro y genera envidias.

Pero lo más evidente, devela la carencia de talento político de dos ‘juniors’ dedicados y entregados en tiempos pasados al PRI, al negocio de la simulación de oposición política y venta de elecciones desde el PAN y EL PRD en Madero. Han engañado a sus seguidores.

Como panistas, no creyeron en el proyecto del hoy gobernador y ahora se dan de topes.

Les resulta inaceptable que un empresario haya llegado a darles la clase, cuando ellos se proclaman los patronos de la clase política panista y perredista en la ciudad, y dueños de las tierras arteramente arrebatadas a Joaquín Hernández “La Quina”.

Ambos quieren aparecer en la boleta del 2018 como candidatos a la presidencia municipal.

Los dos han perdido en sus respectivos partidos y el ‘cliché de perdedores’ los acompañará en su andar siempre.

En realidad, sufren de una profunda indigencia política.

Muchas gracias y hasta pronto…00