Cuando el alcalde morenista Adrián Oseguera, juraba y perjuraba que con los votos de ciudad Madero, haría la gran diferencia y que callaría aquellas voces que desde entonces le gritaban “traidor y judas”, finalmente se cumplió lo que dijo: se ha consolidado como el gran traidor de Morena en Tamaulipas.

Operó descaradamente para su amigo el gobernador García Cabeza de Vaca y el candidato “Truko” Verástegui. Y no solo eso, este lunes su diputada, Leticia Vargas, selló el pacto y se fue al PAN.
¿Así o más clara la traición?.

Oseguera es un tipo sin escrúpulos políticos, que navega en las aguas de la izquierda desde hace años, y opera y hace negocios de una manera cínica con la derecha; sirve a la burguesía azul en el estado sin el menor recato; es un vival que en los altos círculos del morenista está plenamente identificado como un judas que siempre ataca por la espalda.

Tramposa y mañosamente se ha rodeado de priistas y panistas con fama de hundir puñales traperas, y se cubre de pseudo intelectuales para proyectar una imagen de progresista y liberal; estos lo venden y lo aplauden como un luchador de izquierda, cuando en realidad es un savonarola de la política y la traición.

Oseguera, le apuesta al PAN y a un Congreso azul que vive sus últimos días cometiendo pifias legislativas, por eso sumó a su diputada Leticia Vargas a esa bancada.

Al edil maderense le quedan dos años y medio en el cargo y le esperan días políticos de infierno, porque las traiciones políticas se pagan a precios muy altos. Y el ajuste de cuentas no solo vendrá de los altos mandos del morenismo nacional, sino de la militancia que hoy lo ve como el gran traidor de la jornada electoral.

El mismo sábado anterior, cuando llegó a la entrega de constancia de mayoría de Américo Villarreal Anaya, sintió el látigo del desprecio de los morenistas que al verlo llegar le gritaron entre la muchedumbre: ¡traidor!, ¡traidor!, adjetivo que no podrá sacudirse el resto de su vida política.

Por cierto, los alcaldes morenistas que mejor calificación tuvieron en este elección, a partir de los resultados que se obtuvieron, fueron: Mario Delgado de Matamoros; Carlos Peña Ortiz de Reynosa; Carmen Lilia Canturosas; Héctor Villegas, el Calabazo de Río Bravo; Armando Martinez de Altamira.

El caso de Lalo Gattas, es un tema que habrá de revisarse, porque aunque se ganó en Victoria, se tiene detectado que algunos funcionarios y funcionarias “sospechosamente” no hicieron la tarea como se esperaba.

Lo que sí es cierto, es que la victoria de Américo Villarreal Anaya el pasado 5 de junio, fue gracias a la gente de la calle, de a pie. No a la que forma parte de estructuras de alcaldes o grupos.

Esta elección deja muchas lecturas que seguramente el ahora gobernador electo, deberá descifrar y poner a cada quien en su lugar. Por lo pronto, a Adrian Oseguera, no hay milagro azul que lo salve.

El todo o nada.
De no existir cambios de última hora, el Congreso va a sesionar este martes a las 14:00 horas y la parte de mayor debate será cuando sometan a aprobación la reforma al artículo 29 de la Ley interna del Congreso.

Los diputados ya tienen dictaminada la iniciativa y esperan alcanzar la mayoría en el pleno para aprobar esta reforma y con ello, una nueva movilización de Morena y enfrentamiento con el PAN.