Como era natural, los cambios en la Universidad Autónoma de Tamaulipas han comenzado en todas las áreas.
El rector José Andrés Suárez Fernández ha comenzado a conformar su gabinete de colaboradores, dejando la encomienda en distinguidos universitarios para cada una de las áreas de influencia, entre las Unidades Académicas que prácticamente tienen en orden su situación administrativa y política , y entre las subsecretarías, dejando a un lado otros proyectos que seguramente serán mejorados en aras de obtener mayores beneficios y lograr ubicar a nuestra Alma Mater en mejores números estadísticos que antaño, sin que lo anterior diga que se ha hecho mal el trabajo.
Se debe reconocer lo que se hizo en su momento desde Humberto Filizola, Jesús Lavín, José María Leal y Enrique Etienne; cada uno de ellos, con los recursos de su tiempo y la visión necesaria, hicieron un trabajo que se ha escalonado y eslabonado para ser lo que ahora somos, y siempre será perfectible, mejorable, pero no podemos decir que ha habido malas administraciones.
Toca ahora a Suárez Fernández dejar su huella en la historia de la UAT, y en ese sentido ha comenzado a ubicar a gente con un alto grado de preparación, de la que se espera mucho por hacer, como es el caso del distinguido doctor Julio Martínez Burnes, un científico reconocido aquí y fuera de nuestras fronteras, y quien es encargado del despacho de la Subsecretaría de Investigación y Posgrado, misma que creció mucho en los últimos años, y donde se ha conformado un numeroso grupo de doctores, en las distintas áreas del conocimiento, avalados por la UAT y otras universidades nacionales y extranjeras, que ya han dejado su fruto en su campo de acción, avalado todo ello por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología –CONACyT-, órgano máximo en nuestro país, que a pesar de todo, sigue siendo el más importante indicador.
Y en cada uno de los rincones de la UAT se está evaluando al personal con la idea de ofrecer a la sociedad tamaulipeca la certeza de que están los que pueden hacer bien las cosas.
Hemos visto ya que los compañeros de deportes esperan los nombramientos de los directivos del área, y así en cada uno de los rubros que se requieren, habrá cambios, porque Suárez Fernández está reconformando el equipo que dará cuenta a los tamaulipecos durante los próximos cuatro años.
De la Universidad tamaulipeca se esperan muchas cosas buenas, porque su gente tiene capacidad: investigación, publicaciones, integración social, participación comunitaria y, su base elemental: la preparación de recursos humanos en las distintas áreas del conocimiento que tenemos en cada Unidad, y que se fundamenta en el estudio de las distintas carreras y estudios de posgrado que se ofertan en la UAT.
Aunque inició actividades el día 2, prácticamente con la tradicional salutación del día de reyes iniciaron las actividades universitarias, con el acto que tuvo lugar en el Gimnasio Multidisciplinario de esta ciudad.
Ahí el rector Suárez Fernández dio la bienvenida al año 2018, exhortando a todos los universitarios a dar el mejor de los esfuerzos, en aras de construir la mejor universidad de nuestro tiempo, y superar los indicadores actuales, los logros que se han tenido y todo lo que dentro de sus muros se desarrolla, buscando, obviamente, la trascendencia social y científica a la que está llamado este grupo de tamaulipecos.
Pues con muy buenos augurios inicia la administración rectoral de José Andrés Suárez, y suponemos que en estos días hemos de conocer el nombre de quienes compartirán responsabilidad académica y administrativa, con la idea de que se logre crecer, que es el objetivo de todos.
Y el año que inicia, con la naciente administración nos ofrece buenas perspectivas que hemos de constatar día a día, y conforme pase el tiempo nos daremos cuenta de la trascendencia de sus actos.
Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com
