Es increíble que suceda en nuestros días, pero sucede: todavía hay quien piensa que lo que vivimos es culpa de la autoridad y nada más. Concepto mas erróneo no podíamos haber leído, más, en materia de salud, donde se involucran muchos factores.

México y otros países tenemos un enorme problema sobre natalidad y temas relacionados, como es el embarazo en adolescentes y niñas pequeñas, que se ha incrementado en el orbe por diversas razones.

Los que pasamos del medio siglo de existencia somos testigos del cambio tan drástico que ha habido en el mundo sobre la educación sexual, la sexualidad en general y ese despertar que sacudió al mundo y nos quitó las vendas, aunque a veces nos amarró a un grave problema que se llama “libertinaje”, a donde muchos fuimos a caer por error, ignorancia, descuido o indiferencia de quienes debieron estar con nosotros.

Los miembros de PROVIDA critican que hay más embarazos en adolescentes, y culpan de alguna manera al gobierno porque piensan que la autoridad está repartiendo condones a diestra y siniestra en el mundo entero, fomentando una sexualidad libre y sin límites.

Nada más equivocado que un activista de PROVIDA que, fanatizado, no sabe a quien culpar por un problema multifactorial.

Los del grupo ese deberían entender, en primera instancia, que la responsabilidad de las niñas que se embarazan, por su edad y otros factores, es limitada, y dependen ellas mucho –muchísimo, diríamos- de la orientación recibida en casa y la comunicación entre padres e hijos.

O qué, ¿no recuerdan cuando nuestros padres nos ayudaban a entender la vida, con aspectos positivos y no tanto? Nadie nació sabiendo todo, y la sexualidad, como otros factores, se aprenden en la existencia propia, y cuando nacemos no está la Secretaría de Salud ahí diciéndonos qué hacer: están los padres de familia y familiares cercanos, así que, culpar a la SS de los embarazos de adolescentes es burdo, grotesco, ignorante y estúpido.

Sí, cierto es que hay preocupación en la autoridad por lo que implica: las niñas no están preparadas anímica y físicamente para ser madres y tienen muchos problemas que repercuten en la salud pública, pero hay que entender que, el primer responsable es el padre de familia,  y los hijos no son responsabilidad del Estado en general, por lo que debemos asumir nuestra responsabilidad y dejar ese absurdo paternalismo que no stiene hundidos, esperando que “papá gobierno” nos resuelva todos los asuntos.

También estamos conscientes que la autoridad debe dictar y manejar las políticas de salud pública y pugnar porque los servicios sean eficientes, pero de ahí a que resulten responsables por nuestros males… hay un mar de distancia.

Nos ha tocado ver promocionales y campañas para evitar la obesidad y el sobrepeso, causantes de la mayor carga de enfermedades del nuevo milenio, y fíjese en la calle la cantidad de gente obesa que tenemos.

La autoridad no nos pone la comida chatarra en la boca; en el caso de las niñas, no es la autoridad la que otorga permisos para ir a fiestas o tener novio desde muy temprana edad y permitir todo tipo de libertades.

No  es tampoco, la autoridad, la que nos debe cuidar de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Cuando uno maneja conductas poco prudentes lo hace porque tiene las condiciones, y su el padre y madre no son responsables de ello, no pueden culpar a la autoridad.

Menos un grupo como PROVIDA, que lejos de ayudar se dedican a criticar, sin aportar nada a la sociedad, salvo un ex presidente nacional acusado de inmorales actos y que tuvo que dejar de serlo.

No tienen calidad moral para decir quién es responsable de un problema que, entendemos es consecuencia de la permisividad de los padres de las niñas que tienen estos problemas ante el abandono familiar. Nos guste o no, así es.

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