viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

ENTRE NOS / La Carta Magna

Por Crónica Digital MX
febrero 5, 2018

No cabe duda que somos especiales, pero bueno, tenemos que creer en algo, pese a lo que vivimos en todo momento y que nos deja poco para ser optimistas. De cualquier forma, debemos aprender a visualizar las cosas de una manera positiva, y creer que van a salir mejor cada día, claro, con el esfuerzo de todos nosotros.

Seguramente eso pensaron aquellos mexicanos ilustres que participaron en la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, documento en el ue todas las leyes se fundamentan, o deberían hacerlo al menos en el papel.

Habla de garantías, de libertades y muchas cosas muy interesantes que, a fuerza de ser sinceros, poco tienen de reales.

México es un país en el que la libertad de expresión está secuestrada por diversas instancias. Cualquier mexicano con un poco de materia gris sabe que si habla de más puede tener repercusiones en el trabajo, la escuela, la calle y también en otros ámbitos un poco o un mucho más fuertes.

El ahorcamiento económico constituye una gran presión para evitar la libre expresión, porque inmediatamente implica el recorte de ingresos por la vía legal o ilegal, y es cuando a muchos mexicanos duele, porque cortan el sustento familiar.

En algunos otros casos, perder la libertad significa estar terriblemente acabados, y hay formas de hacerlo. De todos es sabido que padecemos una ley de poderes en los que quien manda ordena y hace la ley a su modo, de forma tal que va a la cárcel quien estorba, quien es producto de venganzas de todo tipo… menos los que realmente debieran, y para muestra, tenemos el ejemplo de enseñanza y corrupción: Elba Esther Gordillo, por citar un nombre, aunque hay muchos más a nivel local, estatal y nacional.

Y así podemos desgranar la Constitución y ver la forma en que se viola: la libertad de tránsito que ha sido interrumpida por mil y una formas que evitan que usted o nosotros vayamos libres por la calle sin temor a padecer atentados, vejaciones y más.

Y bueno, hay muchos ejemplos más, pero quisiéramos ver la parte positiva de contar con una ley de esa magnitud y naturaleza, y poder decir a la gente que creemos que México se levantará de donde se encuentra, y podremos alcanzar positivos niveles en materia de producción de toda índole, de bienestar social, y que contaremos con gobernantes que sean honestos y francos, que se dejen de mentiras como las que nos hablan de una nación progresista.

Sí, queremos eso para nuestros hijos, pero de ahí a que la tengamos, dista mucho de la realidad, porque hay todo tipo de barreras para sobresalir, y parten de una autoridad devaluada que no alcanza a tener el mínimo de aceptación y ve que sus días están contados.

Y ese fenómeno se repite hacia abajo, en todos los niveles.

Pero si queremos realmente ese México que tanto soñamos, algo debemos hacer: hay que trabajar muy fuerte para reestablecer la democracia real, donde elijamos nuestros gobernantes, y ya que lleguen, exigirles que hagan las cosas de una forma adecuada, que no nos engañen más y dejen sus discursos pobres y trillados para después. Que las campañas sean para convencer y no para difamar, y que haya realmente un crecimiento que se refleje en el estado de vida de los mexicanos, porque en el discurso no vale: donde se valora es en la práctica, y eso lo dice cualquier padre de familia que tiene que cubrir esos compromisos que un salario indigno no le permite hacer, y que enfrenta una inflación justa y moderada, y no la que vivimos que nos lleva a vivir situaciones realmente incómodas, en las que hay que decidir ci comprar “A” o “B”, porque no nos alcanza para amabas aunque las necesitemos.

Hay mucho por hacer, pero mientras México mantenga a 500 inútiles, vividores de los presupuestos e irresponsables que no tienen idea de lo que es, ni ser representantes populares, ni legislar, difícilmente podremos avanzar.

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