viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

ENTRE NOS / Educación Vial: urgente

Por Crónica Digital MX
noviembre 7, 2017

No hay duda de que en una ciudad como a nuestra, con sus características plenas de aspectos que tienen que ver con la ilegalidad, la falta de una cultura vial es manifiesta y cada día se hace más urgente instrumentar un buen programa de educación vial que nos permita una convivencia armónica, en donde todos podamos convivir respetando los espacios y tiempos de los demás sin el egoísmo característico de quien maneja.

Veamos: dos grupos difíciles: el que tiene un vehículo muy nuevo y moderno, preferentemente grande, y se ostenta como el dueño de las calles, señales, luces y hasta agentes de tránsito, a los que amenaza con correrlos cada vez que tienen la osadía de detenerlo.

Ese individuo, por lo general del sexo femenino, no respeta ideas de nadie, intereses de nadie, tiempo y espacio de nadie, y para ellos solo existe su celular y sus redes sociales cuando manejan, y sus hijos o hijas, que vienen en el vehículo sin respetar la ley de tránsito local.

Ese grupo es prepotente, grosero, abusivo y piensa que la gente le debe por existir: manejan sin ver si hay más automóviles y no respetan a los demás.

El otro grupo, que hoy en día es más numeroso, lo conforman los automóviles chatarra, ilegales, que son contrabando puro solapado por una autoridad temerosa de meter en cintura a sus gobernados.

Este grupo se forma por varias agrupaciones fantasma ue solo cobran para hacerse ricos y nunca arreglarán un permiso legal de nadie, porque no tienen facultades, y porque la ley es muy clara.

Piensan que por presionar, la autoridad cederá para que los regularicen, aunque ya lograron que la misma autoridad respete sus trampas, y permita que circulen aún sin licencias ni permisos oficiales, generalmente chatarras o automóviles americanos viejos, que circulan sin el menor recato, a toda hora, con o sin placas, y los manejan generalmente personas desconocedoras de la legalidad, que gustan de vivir con la trampa y no saben lo que es pagar impuestos.

Los que no colaboran en obras ni nada por el estilo, y que además, circulan con mercancía de contrabando, disfrazada de “medio de transporte”, haciéndonos creer que es una necesidad social el que transiten y circulen ilegalmente.

Entonces nos preguntamos hasta donde vale la pena cumplir con la ley: adquirir un vehículo nacional, pagar lo que cuesta, cubrir sus impuestos y cargos oficiales, y disfrutar de los mismos privilegios de quienes circulan ilegalmente.

Porque el primer grupo, el de la gente “pudiente”, acostumbra manejar sin placas, porque como tienen amigos en gobierno, no sacan sus papeles, argumentando que son derechos muy elevados de precio.

Curioso: tienen para pagar más de 300 mil de un vehículo y no pueden pagar una tenencia y derechos vehiculares por 5,6 o 10 mil pesos.

Pero falta la autoridad que decida poner orden y que, a nuestro juicio, no ha llegado aún: nos han manifestado que de hacerlo destaparían un grave caos social, es decir, para la autoridad, vivir en la ilegalidad es vivir tranquilos.

Triste, pero así se manifiestan muchos.

Y entonces, mientras la ley se decide a ingresar y hacerse válida, podrían darles una clasecita de educación vial, donde les enseñen a circular por su derecha, los límites de velocidad, a utilizar las direccionales –QUE CASI NADIE LO HACE- respetar el carril adjunto y dejar de sentirse los únicos del mundo, entre otras muchas cosas más.

Sería entonces cuando probablemente todos pudiéramos establecer ese compromiso son nuestra autoridad, y pedir que se respete cabalmente la ley, que todos participemos y pensemos al manejar, en los demás.

Quitarnos ese estúpido egoísmo que invade a casi todo automovilista, y entonces, vivir como una comunidad que somos, respetando los espacios y necesidades de todos, para lograr vivir en armonía.

¿Es mucho pedir?

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