Enrique Valderrama Sánchez es un periodista que durante muchos años cubrió las fuentes de cultura para medios importantes locales; su labor como profesor en la carrera de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Tamaulipas se conoce y está vigente en nuestras calles, a través de muchos pero muchos egresados de nuestra Alma Mater que abrevaron de sus conocimientos.

Un problema de salud del maestro Enrique le llevó a solicitar colaboración para reunir la sangre que requiere en un procedimiento quirúrgico al que debe estar siendo sometido cuanto antes.

El problema es que Enrique tiene sangre “O” Negativo, un tipo sanguíneo mucho muy difícil de encontrar en cualquier parte. Es de esos “garbanzos de a libra” que hay, y aunque afortunadamente se logró conseguir la unidad de sangre requerida, nos llama poderosamente la atención el hecho de que hubo que movilizar a muchos, pero muchos tamaulipecos, entre ellos, la comunidad universitaria, siempre solidaria y siempre generosa con sus elementos.

Hace muchos años propusimos una campaña denominada “Deja tu huella”, a autoridades universitarias de antaño –mucho- que tenía como objetivo un banco de sangre virtual. La cosa es como sigue, y queremos proponer el mismo proyecto al rector José Andrés Suárez Fernández, porque entendemos que es muy necesario.

¿En qué consistí? Fácil: en tener una relación de jóvenes tamaulipecos universitarios susceptibles de donar sangre ej todo momento y lugar. Nos explicamos:

Si se logra hacer conciencia de quienes pueden y quieren donar sangre, anotando sus tipos sanguíneos, y mediante algún convenio con la Secretaría de Salud hacer los exámenes correspondientes para determinar su estado de salud, podríamos tener una lista virtual de donadores, donde exista, entre otros datos, los más importantes como: nombre, domicilio, teléfono, correo electrónico, edad, lugar de origen, y lo más importante: cuándo están en la ciudad, qué días y horarios tienen disponibilidad de donar sangre, porque muchas veces tenemos donadores en las listas que salen a ver a sus familiares y no están disponibles.

De esta forma, podríamos contar con la relación de los actuales alumnos universitarios, jóvenes, técnicamente sanos, dispuestos a ayudar a todas esas personas que lo requieren.

Los muchachos, al ser voluntarios, tendrían la maravillosa oportunidad de que se les hicieran exámenes de laboratorio para determinar su estado de salud, que puede ser también un detonante preventivo de muchas enfermedades y problemas más graves.

Ellos ganan, porque estarían constantemente monitoreados en cuanto a su salud; gana la Secretaría de Salud, porque tendría una relación actualizada permanente de virtuales donadores, jóvenes, sanos en general, y gana la Universidad, porque se vincula más con esa sociedad a la que se debe.

Pero sobre todo, gana la sociedad, porque tendríamos muchos pero muchos donadores voluntarios –como debe de ser- que tengan el encanto de la juventud para garantizar un mejor estado de salud, y la disponibilidad de los tipos sanguíneos distintos que se requieran.

Entendemos que algunas personas no han captado la importancia de esto, y “donan” su sangre a cambio de un donativo, malinterpretando la necesidad de solidarizarnos con nuestros iguales, con nuestra gente.

Es una propuesta a la rectoría, y bien podría llevarse a cabo en las facultades de enfermería, trabajo social o Derecho, como prueba piloto, y determinar que pueda ser útil el saber que se cuenta con donadores e todo momento, quienes, a qué hora y donde estarían disponibles.

Nos urge tener acciones solidarias para con los nuestros, y pensamos que ésta es una de ellas, urgente, necesaria… y siempre vigente.

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