Cierto: es una costumbre pagana, y para algunos, no corresponde a las viejas costumbres religiosas, porque le critican que se refiere a la muerte como festejo, y la Iglesia no acepta esto como una celebración, sino por el contrario.

Otras voces más fanáticas condenan celebraciones como el Hallowen, de origen incierto y que proviene de los Estados Unidos de América, y significa “Grito o azuzo de brujas”.

Hay mucho de qué hablar.

Si usted tuvo ya la oportunidad de ir a ver la cinta “Coco”, en los cines locales, se dará cuenta de lo hermoso que son nuestras tradiciones y por qué los altares de muertos tienen cada elemento, cual es el significado y de qué forma se rinde no un culto a la muerte como equivocadamente creen algunos pastores o encargados de grupos religiosos, sino que es realmente un recuerdo a los que no están con nosotros y dejaron algo significativo en nuestra existencia.

Es muy distinto el enfoque, y se le da como se quiera ver: parra bien o para mal.

Con el respeto que merece todo mundo en base a sus creencias, no somos de la idea de que el Halloween se celebre: nunca nos ha gustado, pero respetamos la fecha a grado tal que hemos visto la forma en que se desarrolla con nuestra propia familia por años. No quiere decir que le condenemos o que le aceptemos.

El día de muertos tiene una connotación más profunda que la que publican en redes sociales –ese enorme lavadero público- muchos fanáticos de alguna forma religiosa de manifestarse, que no podríamos llamar religión por sus alcances, orígenes o desarrollo.

No va por ahí, y la gente es capaz de matarse defendiendo a sus pastores, evocando algunos parajes dela Biblia, que, seguramente, no conocen a fondo ni saben por qué fue escrita y cómo debe interpretarse.

No pequemos de fanáticos: veamos las cosas como son.

En la cinta “Coco” se muestra parte de la tradición mexicana, y por qué de lo que se ubica en los altares, dando un significado mayúsculo a esta fecha en que se recuerda a esos seres que forman parte de nuestra historia y ya no están.

La creencia de que vendrían sus almas a visitarnos y había que agasajarlas no choca con ninguna corriente religiosa como nos quieren hacer ver. sinceramente, entendemos que cada quien tiene su postura, pero como que en Tamaulipas hay cosas más importantes por las que debieran preocuparse los que predican: la inseguridad y el cambio en la escala de valores de sus fieles, por ejemplo, y la forma de no cometer agresiones al organismo con el consumo de sustancias prohibidas y tóxicas.

Entendemos que sería mas saludable que andar pegando papelitos en las casas diciendo “NO” a la fiesta americana.

Y también en México celebramos a la par con el día de muertos, el día de todos los santos, que también tiene un significado muy especial, y donde todos recordamos a nuestros seres y rendimos homenaje a su memoria.

Así que, sería muy prudente que, lejos de hacer escándalo por una fiesta que, si bien es cierto no es nuestra ya la hemos adoptado dentro de las tradiciones de otros sitios que se quedaron, también forma parte de la cultura del nuevo milenio en nuestros hijos y las futuras generaciones.

Ya corresponderá a cada uno de nosotros elegir la forma de educar a nuestros hijos, pero dejar a un lado ese fanatismo absurdo que usan muchos pastores, quienes no se tocan el corazón para quitar su dinero –robar, dicen algunos- a los más pobres e ignorantes, vendiéndoles la promesa de ir al cielo con Dios a cambio.

Conocemos casos de gente de la tercera edad que, porque el Pastor les ha dicho, entregan su pensión completa, y cuando no tienen para comer, aseguran que “Jehová proveerá”.

La comida no cae del cielo, como la honestidad de estos vividores tampoco. Aclaramos: no todos son vividores, pero sí los hay.

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