viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

ENTRE NOS / Coco: ellos también cuentan

Por Crónica Digital MX
noviembre 2, 2017

La película de Disney Pixar reciente titulada “Coco” nos ha dejado, independientemente de haber podido disfrutar una de las más geniales películas de dibujos animados, los orígenes de una mexicanísima tradición como es la celebración del día de muertos, y un multicolorido escenario músico-animado, una gran lección.

No entraremos en detalles de la cinta, para que el lector no pierda el interés por ir a verla, que bien vale la pena y la recomendamos ampliamente; hoy queremos hacer una reflexión sobre el tema, a colación porque los miembros del Congreso de Tamaulipas han menejado esta semana una iniciativa que pretende mejorar las condiciones de vida de nuestros adultos mayores.

En estos días leímos algunas historias de adultos mayores que fueron abandonados por su familia y luego buscados porque los hijos se enteraron que habrían sido objeto de un cuantioso premio en efectivo.

Muchas historias, y el que los diputados manejen una iniciativa para promover mejor calidad de vida a nuestros viejitos, no entendimos muy bien a qué se refería, ya que, por naturaleza debiéramos darles una vida digna, y los programas oficiales así lo marcan, de la misma manera que muchos de nosotros estamos acostumbrados a dar el lugar que corresponde a ellos, y tolerar lo que viven nuestros viejitos con nosotros, con paciencia y mucho amor.

Sin que nos tachen de pesimistas, pero la verdad es que suponemos que podrían nuestros legisladores ocuparse de temas que tienen la urgente necesidad de ser tratados.

Los viejitos son tema cotidiano, de café, de sobremesa: no podemos pensar en dejar a un lado la obligación moral o material de alimentarlos, atenderlos de sus múltiples achaques y regalarles lo más valioso: amor, tiempo y comprensión. No podemos dejarlos como trapo viejo: arrumbados.

Un profundo espíritu humano los llena a cada uno de ellos, y es cuando nuestros viejitos nos entregan esa dulzura de sus acciones y comentarios, a cambio de nada porque son muy especiales: por lo regular, no piden nada, aunque demandan a gritos atención.

No podemos ser tan egoístas como para dejarlos ahí, en un rincón, argumentando mucho trabajo o actividades familiares, personales, laborales o de cualquier tipo, y utilizar esto como pretexto para no hacernos cargo de ellos, que durante tantos años nos regalaron atención y mucho, pero mucho más.

Duele, y mucho, ver las grandes filas en el área de laboratorio del hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, cuando están dando los turnos, y darnos cuenta que la mayoría de los asistentes son ancianos, y que ahí, agazapados, esperan escuchar su nombre.

Las salas de consulta están llenas de gente mayor que entregó ya sus mejores años a la productividad nacional, y hoy están en un rincón, esperando ser atendidos.

No es cosa de los diputados, sino de todos nosotros: es tiempo de dar a ellos el lugar que merecen; copiar las costumbres de oriente, donde se rinde tributo a la experiencia sería muy saludable y justo.

Y no nos olvidemos que, usted sus padres, sus hijos y todo cuanto ser existe en el mundo, de no ser víctima de un accidente o acto delictivo, vamos a llegar a viejos, y vamos a sentir en carne propia el abandono que hoy se presenta en nuestros viejitos.

No podemos permitirnos esto, porque nadie merece ser arrumbado. luchemos y entendamos la postura de nuestros adultos mayores, nuestros ancianos… nuestros viejitos.

Porque todos tendremos el paso por esa etapa de la vida, y es positivo ir creando conciencia en los que vienen del agradecimiento que hay para ellos, los que ya cumplieron su papel protagónico en esta vida.

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