-Oiga, ¿a dónde va con tanta prisa?
-Voy a hacer un plantón en la Presidencia Municipal, a ver si así me hacen caso; ya ve que a los líderes esos los reciben, los consienten y aunque no se resuelve mucho, al menos son escuchados.
-¿Y qué es lo que va usted a tratar?
-Mire, no es posible que Victoria tenga lo que tiene hoy en día: alrededor de las 3 y media de la tarde y por espacio de más de una hora, el centro se a convertido en un caracol vial que no tiene para donde, y todo porque nadie parece estar interesado en el bienestar de los victorenses.
– ¡No diga eso, hombre! Hace unos días el encargado de Tránsito hablaba de hacer muchas cosas para mejorar la vialidad y más.
– Pero, ¿Qué ha hecho? Mire, no sé cuántos agentes hay en Victoria, p4ro lo que sí sabemos todos es que no trabajan como debieran.
– A ver, explíquese antes de ir a calentar la presidencia.
– ¿Usted cree que es posible que estando el embotellamiento en las calles Zaragoza, Juárez, Hidalgo, Morelos y Matamoros, del 18 al 12 no se tenga la neurona suficiente para exigir a los que cobran como agentes de tránsito que vayan a mover el trçafico?
– Y para qué quiere que vayan. Ya ve lo que sucede en la UAT cuando mandan agentes: solo congestionan más.
– Pero están muy buenos en los bulevares con su “pistolita” perjudicando, cachando a los que transitan a más de 50 kilómetros por hora, sin importarles que el tráfico esté como está.
– Oiga, tienen su jefe y sus funciones.
– Yo quisiera invitar al alcalde y a sus secretarios a que se suban a mi carro, sin guardias ni nada ventajoso, y que traten de circular por la Hidalgo hacia el Palacio de Gobierno, o que vengan del 17 Juárez para el 15 Morelos; yo tardé 45 minutos en ese trayecto. Es inconcebible que no tomen cartas en el asunto.
– Pero vi una nota que dice que se requieren 50 agentes más
– ¿Y para qué? ¿Para que los tengan en las vías rápidas coleccionando multas? Hay que llevarlos al centro de la ciudad, para que devenguen su salario: es urgente que estén en los cruceros críticos y coordinen el tráfico. Mire, si coordinan que pase un automóvil por calle a la vez, todos avanzaríamos, pero están muy cómodos quien sabe dónde, y nosotros, echando madres en el carro y padeciendo los congestionamientos.
– Pero si usted va a hacer plantó a la Presidencia no va a ocurrir nada
– ¡Pero al menos saco mi coraje, amigo!
– Duele, y mucho, el que seamos ignorados. La vez pasada hablé a los de la tele para que hicieran una nota del tráfico que provoca la remodelación de banquetas -dicen que de la calle- yj el tráfico de cuando salen los trabajadores de gobierno, y bueno, creo que sacaron algo, pero hoy en día ya nadie les hace caso a los periodistas. Denuncian y no se solucionan las cosas.
– No sea tan dramático, hombre, mejor pida una audiencia
– ¿Con quién? No contestan los funcionarios a los números telefónicos que ellos mismos nos dieron para casos como el presente.
– Pues es difícil, no cabe duda, pero creo que todavía se podría hacer algo, ¿no?
– Pues sí, buscar alternativas que nos permitan contar con sistemas de vialidad adecuados, y que los pocos elementos estén donde se les requiere, a la hora que se les requiere. Hay elementos muy buenos, pero si no los mandan…
– Creo que podría hacer una solicitud pidiendo que sea replanteada la estrategia de tránsito.
– ¡Huy, amigo! Nos cansamos de hablar y de ir, y realmente no somos escuchados.
– ¿Pues no estaban muy contentos?
Salga a mediodía al centro, para que sepa de lo que le hablo, y me dará la razón.
Me deja sin palabras, amigo, mejor voy a ver si compro mi bicicleta o ando a pie, antes de que el calor no nos deje transitar.
– Pues allá usted, nomás va a hacer corajes de “oquis”.
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