Cuando en los altos mandos del PAN nacional, conocieron la decisión del panismo tamaulipeco de ir solos, sin el PRI en las elecciones federales y locales, algunos dijeron que era un desplante de soberbia, pero otros, los que conocen la realidad del poder en Tamaulipas, asintieron y afirmaron lo que todo mundo sabe: el PRI, como todos los partidos con registro en el Estado, están en la nómina azul.

«Si están todos adentro, para qué ir entonces en coalición. Tamaulipas es el único Estado en donde públicamente PAN y PRI no pueden sentarse en la misma mesa porque aún hay pudor entre sus líderes; pero en lo oscurito, por abajo de la mesa acuerdan y se arreglan en todo. En público, ni ¡Dios lo mande!», confiesa un alto dirigente azul sobre el tema.

Hasta ahora, el PAN en Tamaulipas, es dueño del balón, de la cancha, de los jugadores, de los árbitros, y tiene lo que a los demás partidos les falta: dinero. Por eso han decidido ir a la batalla del 2021 solos. En el 2019, jugaron este juego y salieron victoriosos, y creen que la historia se va a repetir, pero cuidado. Deben entender, que los escenarios han cambiado.

Morena y la Cuarta Transformación son los adversarios más fuertes y van a dar la pelea.

Existe además el interés particular de la Federación de ganar Tamaulipas para su partido, por las circunstancias políticas e ideológicas que se han ventilado en los últimos meses.

Desde la dirigencia nacional de Morena, hay un plan muy bien estructurado de lo que sucede en Tamaulipas y su intención es mantener en su poder las diputaciones federales que ganaron en el 2018, además de apropiarse de las alcaldías de Nuevo Laredo, Reynosa y Victoria, donde según sus números tienen amplias posibilidades de ganarlas, aparte de Matamoros y Madero, donde van por la reelección con sus actuales alcaldes.

En ese escenario que ven los morenistas, el PAN debe entender también que su circunstancia electoral es diferente al 2019. Ahora se enfrentarán al desgaste propio de estar en el ejercicio del poder. Van a llegar a la elección del 2021, con casi 5 años de ser gobierno y la euforia de los vientos del cambio ya no es la misma a la del 2016. La fiebre morenista, aunque también ya tiene un nivel de desgaste, es la oferta electoral de moda.

Además, los cuadros y figuras que se están placeando y promoviendo para los cargos de elección no son tan atractivos para garantizar un triunfo en las urnas. Todos estos factores hay que considerarlos, porque ahora las elecciones no solo se ganan con dinero. 

El escenario tamaulipeco es impredecible y complejo, así lo ven desde México, pero así lo entiende el PAN local también. Y si tomó la decisión de ir solo sin marcas electorales negativas como el PRI o el PRD, entonces los azules deben tapar todas las rendijas para evitar que el morenismo se cuele, porque según dicen, vienen por todo.