La madrugada del miércoles, los diputados en San Lázaro aprobaron las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que le da legalidad y crea la figura de los polémicos “superdelegados” en los Estados.

Hubo debate y objeciones, pero no como se esperaba, lo que sí queda claro, es que efectivamente los 32 nuevos funcionarios federales tendrán un poder considerable y que si algún gobernador se descuida, puede llegar a tener más influencia que él.

Esto, seguramente le meterá ruido a los mandatarios estatales, toda vez que los delegados, participarán en las reuniones de seguridad pública en las entidades como secretarios técnicos.

Los señores se hablarán de tú a tú con cada gobernador y de acuerdo a los poderes que se le asignaron, los titulares de los ejecutivos obligadamente van a tener que acordar con ellos temas que quieren hablar con el presidente de la república.

Los “superdelegados”, dirán cómo, dónde y a quien se le entregaran los programas sociales en cada entidad, y serán celosos vigilantes de que los temas de seguridad pública en las entidades se cumplan; serán ellos los que le den seguimiento a nombre del gobierno federal.

Si había duda de que tendrán superpoderes, queda claro que así será.

Además, tendrán comunicación directa con el Presidente y solo a él le rendirán cuentas.

José Ramón Gómez Leal, por tanto, a partir del 1 de diciembre se convierte en un “presidentito” en Tamaulipas, lo mismo hará Judith Diaz en Nuevo León, le guste o no le guste al Bronco.

Sobre las atribuciones que le dieron a los polémicos delegados, no les cayó nada bien a algunos gobernadores. En Jalisco, Chihuahua y Nuevo León, hubo expresiones públicas de desagrado, y en otros estados, los mandatarios se mojaron las ganas y se mordieron la lengua para decir lo que sienten.

De hecho, trascendió que ahora que se conoció de forma oficial del papel que jugarán los delegados, varios gobernadores hacia el interior de la CONAGO estaban proponiendo pedirle a López Obrador no darles juego y evitar que estos se conviertan en sombras o estorbos para gobernar.

En el círculo de  Andrés Manuel, se tocó el tema sobre las reacciones, y los mas arriesgados en hablar, dijeron “que se tendrán que aguantar porque ahora los estilos y las formas de hacer gobierno cambiaron; ahora somos poder y tienen que aguantarse”.

Quien más regocijo mostró tras la aprobación a las reformas a la Ley de Administración Pública Federal fue el senador Ricardo Monreal, a quienes muchos gobernadores lo ven ya como el villano del sexenio entrante.

Por lo que hace a los “superdelegados”, se les bajó la recomendación de no confrontarse con los gobernadores y mantener un perfil bajo de trabajo para no herir susceptibilidades. Sin embargo, algunos superdelegados, como en el Estado de México y Chihuahua, sí han recibido línea para  poner bajo la lupa a los gobernadores. A Alfredo del Marzo por que ahí están todos los intereses de Enrique Peña Nieto, y en Chihuahua, porque Javier Corral es un chivo en cristalería que no es de fiar para el próximo gobierno.

Sea lo que sea, estos funcionarios darán mucho de que hablar en los próximos meses y su papel en los asuntos políticos serán determinantes.

En el caso de José Ramón Gómez Leal de Tamaulipas, es especial porque el parentesco o los lazos familiares con el gobernador van a ser un factor para bien, o para mal. Aunque todos coinciden que el popular “JR”, quiere llevar la fiesta en paz en Tamaulipas porque en el fondo sabe que si hace un buen papel, lo pueden premiar hasta con la gubernatura. Eso dicen.