Las personas con más experiencia siempre han sostenido que lo que mal empieza, mal acaba, esto aplicable en todos los ámbitos de la vida.

La anterior frase les acomoda como anillo al dedo a dos de los personajes que más daño le han dado al Partido de la Revolución Democrática en la historia reciente.

Porque hablar de Jorge Valdez Vargas y Cuitláhuac Ortega es sinónimo de corrupción, abusos, e impunidad que gozaron protegidos en los sexenios en que gobernaba el PRI en Tamaulipas. Incluso, hay información no confirmada que aun en su autoexilio, Ricardo Gamundi sigue manejando a su antojo a este par de “bandidos”.

Corría el año 2004, Misael Garrido era candidato a la alcaldía de Tampico, en ese entonces Alberto Sánchez Neri era dirigente local del PRD. Con pocos recursos el aspirante había hecho una decorosa e interesante campaña, lo que le daba la posibilidad de competir con los favoritos. Sin embargo, algo pasó, fue histórico el hecho de que en esa elección le anularan al PRD casi 10,000 votos. Después de mucho tiempo la militancia supo que esa elección la había vendido Cuitláhuac Ortega, quien hacía sus “pininos” en el arte de la “política traidora”. Así fueron los inicios de Ortega Maldonado, quien no conforme con hacer perder el registro a su partido, sigue empecinado ahora en desaparecerlo, pues los militantes ya abrieron los ojos y sólo unos pocos que tal vez por dinero, le siguen el juego.

De Jorge Valdez más que sus inicios, ha tenido episodios tan negros, que tendrían que haber sido motivo de su expulsión del partido del sol azteca, como la salvaje agresión al líder de colonos de Nuevo Laredo, conocido como “La Mayra”, a quien no conforme con golpearlo, lo insultó hasta el cansancio, esto cuando Jorge Valdez era -lamentablemente para los tamaulipecos-, diputado local.

Además, desde el año 2011 pesan sobre este oscuro personaje alrededor de 17 demandas penales en Nuevo Laredo, algunas graves; aunque de éstas tal vez a la mayoría les hayan dado carpetazo por influencias de sus protectores priistas que gobernaban en la entidad.

Jorge Valdez se ha dado el lujo de decir que es un prominente empresario, cuando Francisco Chavira lo desenmascaró señalándolo como zar del vicio en la fronteriza ciudad, pues es dueño de varios antros gay, dedicándose entonces a enviciar a las juventudes.

Precisamente en el año 2011, Chavira Martínez confirmó que Jorge Valdez representa la voz de Ricardo Gamundi, quien hoy en día tal parece sigue siendo el “Titiritero” de estos dos personajes perredistas.

Y cómo olvidar aquella borrachera en la que participó Jorge Valdez en el Posada de Tampico, lugar en que Ramiro Ramos, quien era el pastor del Congreso tamaulipeco en ese entonces, y que aseguran “arregló” al diputado perredista a base de billetes.

Y qué decir del Consejo estatal del PRD en que Valdez Vargas fue sacado del recinto donde se llevaba a cabo, siendo cargado por la misma militancia y echado a la calle, pues ya no los quieren en ese instituto político.

Además, ha trascendido que en Nuevo Laredo la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas anda tras los pasos de Jorge Valdez por aparentes malos manejos de dinero de las prerrogativas políticas (presupuesto público) que utilizó en el PRD a su antojo.

Mientras que Cuitláhuac Ortega ha sido denunciado por miembros del PRD por no respetar acuerdos, y por seguir dañando al partido.

El mismo Antonio Ortega Martínez, quien forma parte del CEN del PRD, mencionó: “nosotros estamos desde hace tiempo insistiendo en que este grupo de compañeros (encabezado por Cuitláhuac Ortega y Jorge Valdez) ya muy reducido, muy desprestigiado, que le hace daño al partido, debería ser sancionado, y nosotros tenemos confianza de que en poco tiempo se confirmará este procedimiento y sean sancionados, la sanción puede ser desde la amonestación hasta la suspensión de su militancia”.

Resaltó que “ellos (Jorge Valdez, Cuitláhuac Ortega y Sánchez Neri) son instrumento de algunos personajes del PRI y desde luego deben estar pensando que ahí hay una mina de oportunidades, recursos para sacar raja, pero cada vez están más desprestigiados”.

Lo más importante es que tanto los perredistas locales como los miembros del CEN de este partido, ya se dieron cuenta y han comprobado que estos dos tipos no han hecho más que lucrar con las siglas de este partido, llevándolo a perder el registro en la última elección, por lo que urgen a las autoridades partidistas del CEN que expulsen de una vez por todas a estos tipos a quienes señalan como unos auténticos bandidos.

Por lo anterior, qué capital político pueden tener estos dos tipos a quienes sus mismos compañeros de partido les llaman bandidos, cuando se les ha comprobado que en todos los sexenios del PRI vivieron del presupuesto; y que lamentablemente sólo ayudaban a unos cuántos de sus amigos, dejando a la mayoría de la militancia abandonada.

Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.