viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

¿La violencia y no el hambre un desafío humanitario?

Por Crónica Digital MX
abril 1, 2018

La violencia es un fenómeno social que en estos tiempos apocalípticos ha mutado del entorno social materializado por las balas y los difuntos, lo mismo que por los huérfanos y la viudas, que han caminado en la orfandad, quizá por la indiferencia del Estado, como el responsable del orden y del desorden en cada una de las regiones del universo.
Hoy podemos visualizar no la era progresista de los padres del contrato social del siglo 18, ni de los propulsores del desarrollo de la ciencia y la tecnología de principios del siglo anterior, sino más bien estamos ante el “nihilismo” de la cuantidad de ser y su quehacer en una historia y un tiempo para el que pareciera un extraño.
En el que el ser y el quehacer parecieran desvinculados como el choque de dos contrarios, cuyo resultados no se advierte como lo propusieron los padres de la dialéctica del mediados del siglo anterior. Sino que la circunstancia se transformó en un reto ante el que las nuevas generaciones buscarían evadir.
Y aun cuando fenómenos como la violencia, propia de esta era, desafían la historia y el contexto de las sociedades globalizadas. La postura de los integrantes de las células de esta parecen indiferentes o hastiados de vivir en un status de mortalidad, donde lo mismo da morir que seguir viviendo.
Por lo mismo hoy el ser humano se vuelve a replantear desde un existencialismo orto- práctico la muerte como sinónimo de vida y la vida como un axioma que ha llevado al terreno de los profano y simplificado.
Quizá por ese motivo podría acuñarse el principio de que si lo mismo da morir que vivir, hay un rompimiento de los principios vitalistas, que parecieran insuficientes para responder a una sociedad cargada de mesianismos y habida de respuestas de la que esta insatisfecha.
Y no obstantes que estudios, encuestas, análisis y políticas de los gobiernos van y vienen, las sociedades se muestran insatisfechas, ha rebasado el contenido del discurso y ha roto los paradigmas de los credos más antiguos y fundados en el razonamiento de sus antepasados.
Lo mismo le da a las nuevas y antiguas generaciones de este siglo, enterarse de los resultados de los estudios sobre el aumento del número de pobres, del porcentaje de desempleados, o del enriquecimiento ilícito o no de sus gobernantes. Ni siquiera estos factores parecieran influir en su comportamiento. Mucho menos fenómenos como el calentamiento global o la nueva era que enfrenta el cosmos.
Pareciera no importa que organismos mundiales con la organización mundial de la salud alerte de sus últimos estudios del año anterior que mil millones de personas entre los cero y 17 años sufrieron o fueron víctimas de agresiones emocionales, física o sexuales. Quizá la indiferencia se debe a los miles de casos de pederastia, que se cometieron en seno de uno de los credos con mayor influencia en las sociedades de la era cristiana.
Las cifras de los organismos internacionales son tan alarmantes y reales, como el descongelamiento de los polos, como que los países Emiratos Árabes estén planeando remolcar bloques de hielo, para satisfacer en las próximas décadas la demanda de agua, por ausencia de esta en los mantos del subsuelo.
En el orden de la grilla, el inicio de las campañas de los aspirantes por la presidencia de la república no han sensibilizado en los primeros días de la apertura de esta fase del proceso a los ciudadanos, lo más probable es que se debe a que el arranque de los presidenciables ocurrió en los días pico del periodo vacacional, es como si un comerciante aperturara una carnicería durante la Semana Mayor. Y vaya que si lo ha habido y sus empresas han prosperado.
Son miles los paseantes en los principales destinos turísticos tamaulipeco y a pesar de que el gobernador de Nuevo León “no electo en las urnas” advirtió que no asistieran a Tamaulipas por la ola de inseguridad. Los regios vaciaron esa entidad y disfrutan la Semana Mayor en playas, montañas, planicies y centros religiosos tamaulipecos.