La polarización que se está generando al cierre de este sexenio y que impactará al iniciar el gobierno de Américo Villarreal, impone la necesidad de tejer desde ahora, una serie de medidas que ayuden a reconciliar.

Hay una contaminación política y social que se está construyendo hacia el próximo gobierno de Morena y es evidente, pero además, ese escenario se va ampliando al sector empresarial.

Eso hace necesario que el equipo económico de la transición de Américo Villarreal, tenga que ir construyendo lazos para despejar las dudas y hasta temores de la clase empresarial, sobre la nueva política que se va a generar en Tamaulipas.

Si bien es cierto que un sector de la Coparmex, mantiene una confianza en las políticas de Morena e incluso, tanto en el centro como el sur del Estado vieron con buenos ojos que Américo ganara, en la zona de la frontera hoy existe resistencia al nuevo gobierno.

La clase empresarial de esa zona, no deja de ver al gobernador electo con desconfianza y se generan incertidumbres por iniciativas.

Uno de los principales motivos, es porque los empresarios de la Coparmex en la frontera y particularmente en la ciudad de Reynosa y Río Bravo, se inclinaron a favor de César Verástegui y del PAN, por que muchos de la IP de esas ciudades tienen compromisos con el gobierno saliente.

Los empresarios, temen incluso, a las políticas de austeridad que pueda emprender y entonces sí, verían recortar sus aspiraciones en todos los sentidos.

Y es que, si hubo alguien que se benefició en el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, fue precisamente la IP de Reynosa. Sino todos, muchos empresarios lograron expandirse desde McAllen hasta el centro y sur de Tamaulipas.

No se diga en el resto de la frontera de la entidad, los únicos proveedores que tuvieron los mejores contratos o al menos de mayor inversión, para diferentes gastos que hizo el Estado, salieron de Reynosa y precisamente pertenecían al grupo de Cabeza de Vaca.

El temor que tienen los empresarios de la Coparmex es válido y muchos, no todos, están arrepentidos de no haber tenido una visión más amplia de cómo venían las cosas para ese 5 de junio.

Aún así, existe esa resistencia de la IP en varias partes de la frontera, pero hay un mensaje que en campaña y después como gobernador electo, Américo hizo a varios empresarios y lo hizo usando algunos términos empresariales:

“Yo no vengo a cobrar facturas. Sé que a muchos no les pagaron o solo les compraron una o dos veces al año, yo vengo a responder a quienes generan empleos en las familias de Tamaulipas”, palabras más, palabras menos, les dijo el hoy gobernador electo.

Y es que muchos empresarios, no solo no les pagaron, hubo casos, como en la Secretaría de Salud, donde los proveedores de papelería por ejemplo, tienen pendientes pagos por más de 4 millones de pesos y en el 2021, antes de las elecciones locales y federales, les dijeron que les iban a pagar.

El respiro estaba llegando, sin embargo, para poder pagar a los proveedores en el sector salud, por ejemplo, si existía una deuda de 4 millones de pesos, se le tenía que dar entre 800 mil y un millón de pesos a uno de los funcionarios operativos, para que pudiera salir el pago.

Aparte de que les debían por más de un año, para poder cobrar tenían que dar un moche más, de lo contrario, no saldría el dinero.

Esos son los verdaderos problemas que enfrentaron muchos empresarios en materia de Salud, en Obras Públicas, en Educación, salvo que hayan sido con los que trabajaron en complicidad, pues a ellos no les fue mal y muchos son de Reynosa.

Lo que es cierto, es que una vez sentado en la gubernatura, Américo va a regresar a dialogar con muchos empresarios y particularmente con los de Coparmex en la frontera, para seguir generando empleos y estabilidad en Tamaulipas.

Los mismos dirigentes empresariales, tienen esa información y están apostando a que sus compañeros no desconfíen.