¿Por qué en Tijuana y en Nuevo Laredo no?. Así se están cuestionando, incluso los analistas financieros más influyentes del país, porque es por la frontera de Tamaulipas por donde pasa el 70 por ciento del comercio con los Estados Unidos, muy por encima de Tijuana.
Este debate se comenzó a dar hace unas horas, ante el mitin masivo e histórico que está anunciando Andrés Manuel López Obrador el próximo sábado en Tijuana para responderle a Trump sus bravocunadas de aplicar el 5 por ciento de aranceles a todos los productivos que se exportan a los Estados Unidos, si México no frena la invasión de migrantes que van camino a tierras gringas.
Dijeron en Los Pinos que Tamaulipas no era «tierra apropiada» para este tipo de eventos, y que Tijuana tenía mejores antecedentes históricos para hacer un pronunciamiento contra los Estados Unidos, y que por cuestiones logísticas, se acomodaba pintarle la raya a Donald Trump desde tierras tijuaneneses.
El senador Ricardo Monreal adelantó este jueves que el presidente mexicano pronunciará un discurso que cambiará la historia de las relaciones entre México y Estados Unidos. Trump, aseguró, se va ha topar con la horma de su zapato. Ni Juárez, ni Madero, ni Cárdenas, le dijeron a los gringos lo que les va a decir el hombre de la Cuarta Transformación.
Quienes lo escucharon, de inmediato le respondieron que «ojalá AMLO no le rasque los guevos al tigre». Trump tiene una estrategia muy clara cuando se enfrenta a alguien: amaga y amenaza, pero luego se echa para atrás; en esta caso no será así, el presidente gringo sí va a cumplir su amenaza que representaría para México algo así como 20 millones de dólares de impuestos que generarían un caos económico del cual jamás se repondría.
Por eso le están pidiendo a Lopez Obrador ser prudente con lo que vaya a decir, «no se puede jugar con un loco y desquiciado», dicen al referirse a Trump que en 15 días en Orlando, Florida lanza su precampaña para reelegirse en la presidencia. Su bandera de campaña en el 2016 fueron los migrantes y los mexicanos en los Estados Unidos y ganó, y esta vez la volverá enarbolar y parece ser que Lopez Obrador va a caer en su juego.
Con un «mitin masivo» el presidente mexicano no va resolver un problema tan delicado como el que enfrenta con Trump. La mejor arma es la negociación y los argumentos, no con discursos mediáticos que despierten el nacionalismo de los mexicanos, como pretende hacerlo López Obrador.
En el interior del equipo AMLO existen voces influyentes de la vieja izquierda que por años han externado su antiyanquismo, y por lo que anunció y dijo Ricardo Monreal, pudiera creerse que México en medio de esta polémica tomará un decisión sentimentaloide que traería consecuencias fatales por el país. El camino y las armas de la diplomacia, es el mejor en medio de estos días aciágos que vive el país.
El horno no está para bollos y que en medio de esta crisis, se imponga la razón, no la intolerancia y terquedad que identifica a los presidentes.