El Gobierno de México promueve una sólida política contra la corrupción; sin embargo, es una cultura que la población en general ha vulnerado, fomentando la deshonestidad en el respeto de las leyes. Los ciudadanos contribuyen a esta dinámica al ofrecer “mordidas” a los agentes de tránsito para evitar infracciones, normalizando prácticas corruptas. Además, en las instituciones gubernamentales, los ciudadanos muestran un optimismo al recurrir al soborno para agilizar procesos.

En mi experiencia personal como responsable de la expedición de cartillas militares en la junta municipal de reclutamiento, he observado que el proceso es riguroso. Se debe verificar el domicilio del solicitante según los artículos 50 y 51 de la Ley del Servicio Militar. Sin embargo, algunos jóvenes de municipios vecinos intentan evadir los sorteos ofreciendo sumas de dinero para que se omita la comprobación de su residencia.

La cultura de la legalidad es esencial tanto para los servidores públicos como para los ciudadanos. Su promoción es crucial para el cumplimiento adecuado de los procedimientos y el respeto a la ley en todas las competencias y reglamentaciones pertinentes.

La relevancia de la cultura de la legalidad en los municipios y entidades federativas se fundamenta en el fortalecimiento de las instituciones y la promoción de una nueva visión para el desarrollo del país, basada en el respeto estricto al régimen de derecho. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 108, prevé sanciones para los servidores públicos que participen en prácticas corruptas.

La cultura de la legalidad, como señala Olivas (2014), es crucial para combatir la corrupción. Depende del respeto al régimen de derecho y de la plena corresponsabilidad ciudadana. Sin embargo, los ciudadanos también participan en prácticas corruptas, nutridas por los servidores públicos al aceptar o insinuar propuestas de recompensa.

Reflexionando sobre la importancia y necesidad de la cultura de legalidad en nuestra comunidad, es evidente que fortalece las instituciones y promueve el respeto por las leyes. La falta de difusión sobre la importancia de los procedimientos y las consecuencias de su omisión contribuye a la pérdida de sentido de esta cultura.

El otorgamiento irregular de la Cartilla de Identidad Militar, a pesar de ser obligatoria según la ley, puede tener graves consecuencias legales. La falta de conocimiento sobre esta obligación y la falta de difusión al respecto contribuyen a la falta de cultura de la legalidad.

La cultura de la legalidad no solo se refiere al cumplimiento de las normas jurídicas, sino también al estricto respeto de los derechos de los demás. Incumplir procedimientos, como en el caso de accidentes laborales, puede ocasionar daños a terceros. Privilegiar la deshonestidad al adquirir documentos de manera irregular afecta la integridad de las instituciones.

En conclusión, la cultura de la legalidad es fundamental para prevenir el delito y supervisar su cumplimiento, más allá de las sanciones. Su promoción es esencial para fortalecer la credibilidad de las instituciones, tanto para los servidores públicos como para los ciudadanos. La prevención de la corrupción y la vigilancia son elementos centrales en la consolidación de esta cultura.

Nos vemos en la próxima entrega mi correo electrónico es: agustin@noticiaspc.com.mx