Ciudad Victoria, Tamaulipas a 02 de septiembre de 2025
cdtamaulipas.mx

La batalla por la Fiscalía

Si no ocurre un giro de última hora, el primero de octubre se emitirá la convocatoria para quienes aspiren a la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas. Una elección distinta, cargada de política, donde ya asoman nombres con peso propio: Javier Córdoba González, Eduardo Govea y Willy Zúñiga.

Los tres perfiles se han colado al ánimo de las bancadas en el Congreso, incluidos panistas que reconocen trayectoria y oficio, y por supuesto en la consideración del partido en el poder. No son improvisados, sino figuras con carrera judicial y política que han dejado huella en los espacios donde han trabajado.

Javier Córdoba es, sin duda, un sobreviviente político. Hoy coordina Tránsito en Victoria y logró poner orden en una delegación colapsada.

Pero su biografía no se limita ahí: ha pasado por Gobernación, PROFECO, la Judicatura y el Secretariado de Seguridad Pública. Ha sabido trascender gobiernos, sexenios y corrientes gracias a su capacidad de operación y su habilidad para leer los tiempos.

Eduardo Govea, en cambio, encontró su impulso en la 4T. Su carrera en la procuración de justicia lo avala, pero su exposición pública vino como vocero jurídico de Morena en la campaña del 2022.

Llegó a la Fiscalía Anticorrupción con el respaldo de la mayoría morenista, después de haber sido frenado por un amparo en tiempos del PAN.

Su paso ha sido lento, sí, pero con avances visibles pese a los muros heredados: blindajes legales, tortuguismo procesal y la Fiscalía de Irving Barrios aún atada a Cabeza de Vaca.

El tercero en la lista es Willy Zúñiga. Rector fundador de la Universidad de Seguridad y Justicia, saneó la institución tras el desastre panista y la hizo crecer en infraestructura y disciplina.

Hoy es vocero de Seguridad y cuenta con reconocimiento de Omar García Harfuch y su equipo. No es un improvisado: dirigió antisecuestros en tiempos de Egidio Torre y sabe manejar crisis.

Su perfil, dicen, es uno de los recomendados para reforzar estrategias nacionales, aunque en Tamaulipas la decisión final será del gobernador Américo.

El próximo Fiscal tendrá siete años en el cargo, con opción de repetir. Por eso el proceso es clave y debe cuidarse de la tentación de la guerra sucia. Si Govea, Córdoba o Willy caen en la trampa de desacreditarse entre sí, el único beneficiado será la oposición. Panistas y viejas lealtades al exgobernador estarían listos para explotar cualquier pleito interno.

De ahí que la apuesta, si los tres pactan mantener limpio el proceso, será dejar en claro que cualquier ataque externo viene precisamente de quienes quieren descarrilar al gobierno actual y minar la legitimidad del próximo fiscal.

El Congreso ya alista la convocatoria. Lo que está en juego no es solo un nombramiento: es el control de la justicia en Tamaulipas para la próxima década. Y esa batalla, política y jurídica, apenas comienza.