En un movimiento inesperado, sorpresivo y algunos califican hasta temerario, Juvenal Hernández Llanos se registró como precandidato a la alcaldía de Altamira, pero ¡¡por Morena!!

Cuando líderes sociales, ciudadanos y analistas lo veían como un fuerte aspirante por parte del Frente Amplio integrado por PAN, PRI y PRD, el ex alcalde giró el timón y sorprendió hasta a sus seguidores, dando un radical viraje de derecha a izquierda.

La decisión tomada por Hernández Llanos deja muchas lecturas, pero de las más importantes, sin duda es que le dieron “luz verde” desde Ciudad Victoria para registrarse y con ello, Morena mataría dos pájaros de un tiro, pues por un lado dejaría a la oposición sin un candidato fuerte, y por otro, se quitaría de encima al actual alcalde, quien estos dos años se la ha pasado cometiendo error tras error.

Pero se asegura que lo que terminó por molestar a los jerarcas estatales de dicho partido (Morena) fue la arrogancia y fanfarronería del inquilino de palacio municipal, pues se creyó el dueño del municipio, pero descuidando su imagen y sobre todo, descuidando al pueblo de Altamira.

El soberbio Armando no vio llegar el mazazo, pues parecía que se encontraba en un simulador virtual, ya que todo lo veía color de rosa y a su manera.

Sin embargo la realidad le llegó de forma ex abrupta, y ahora tendrá que buscar la forma de revertir el golpe mediático que ya le propinó Juve, aunque será difícil que gane la contienda interna, ya que se dice que Hernández Llanos tiene la venia del morenista número uno de Tamaulipas.

Y aunque se supone que los asesores políticos de AMM tendrían que visualizar lo acontecido, nadie supo lo que sucedió… ¿Será porque todos estaban haciendo negocios?… Y nadie se preocupó por informarle del movimiento político que se estaba gestando en el municipio.

En fin, que lo anterior parece la tumba política de Armando Martínez en Altamira, a menos de que le den una candidatura a la diputación local, como premio de consolación.

Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.