En medio de Fake News, boletines sonrientes y otros modos, iniciaron las campañas políticas en la entidad, en pos de las 43 presidencias municipales, así como quienes buscarán tener un súper salario sin trabajar mucho, a costa del Congreso de Tamaulipas, y también quienes buscan las diputaciones federales y senadurías, casi todos, en conjunto con sus candidatos a la Presidencia de la República.

El fin de semana vimos un poco de todo, sin embargo, ha cosas que no nos acostumbramos a digerir, como es el hecho de las denuncias contra algunos candidatos que emplearon el famoso Photo Shop, programa de manipulación de fotografías, para hacernos creer que tuvieron mítines plenos de gente, cuando la verdad es otra y la asistencia fue menos a la que vemos en las imágenes.

Gracias a estos tramposos de la publicidad negra, la falsa política y noticias inventadas es que la fotografía ha perdido su credibilidad en materia de información o testimonio: hoy es muy fácil engañar a través de una imagen que se nota real.

Pero ya cada uno ha mostrado cual será la línea de sus propuestas, y en ese sentido, la población deberá escuchar o analizar y elegir el 1 de julio próximo, cuando todo cambie, al menos de nombres, en la política mexicana.

Quienes optan por la reelección tienen, según algunos, la limitante del tiempo, porque pueden seguir ejerciendo su cargo sin pedir licencia, pero se limitan a ciertos días y horarios, sin embargo, su valor fundamental es la labor realizada en la población que, será quien juzgue y decida.

Como suele suceder, hay algunos personajes que han sido impuestos por la superioridad y difícilmente lograrán un buen consenso popular dada su imagen real, pero otros, que seguramente llegaron a la candidatura a base de muchos consensos, procurarán tener la mayoría de votos y repetir… o ganar la elección y ungirse en el cargo que ostentan.

¿El inconveniente? El hartazgo social que nos tiene fastidiados de promesas y mentiras, de abusos y excesos: seguimos viendo personajes que se pasean insultantemente mostrando una licenciosa y ostentosa vida a cargo del erario, lo que ya ha fastidiado a los ciudadanos que tenemos problemas para subsistir dignamente, y que el dinero no nos alcanza como antaño.

Todo juega, todo vale, todo participa, y la decisión será única de cada ciudadano. No vale aquí el término de “compra de votos” desde nuestra opinión, porque finalmente somos nosotros en completa discrecionalidad los que emitiremos una preferencia en el día que se requiere, y seremos los que acudamos los que elijamos, pase lo que pase, y daremos el voto de confianza a los que consideremos los mejores… o los menos malos, como dice todo mundo sobre quienes se han aventurado a ganar.

Lo que deseamos los ciudadanos sinceramente es que se lleven a cabo las campañas en un ambiente de civilidad: que no se estén atacando, y en los debates y foros veamos propuestas, dejando a un lado las descalificaciones: ya sabemos que todos son unos santos y sus contrincantes son malos. Ya lo han dicho mucho. Es hora de escuchar qué proponen.

Y en ese tenor, nos gustaría ver que habrá respuesta a nuestras necesidades. En el caso de los que vivimos en la capital, hemos visto muchas promesas y más, pero también nos ha tocado tener las experiencias de quienes trabajan por nosotros y quieren seguir haciéndolo.

Candidatos independientes, de partidos y coaliciones… todos la juegan aparentemente en igualdad de circunstancias, y ya veremos qué sucede.

Pediríamos a la autoridad electoral ser minuciosamente excrupulosa y exigente en eso de cumplir la ley:; que a nadie se le permita siquiera el mal uso de un peso o un recurso, porque es indigno, inmoral, y no queremos tramposos que nos gobiernen.

Ya queremos gente honorable, dedicada, con vocación y que realmente quiera servir a los demás, como antaño.

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