Una víctima más del COVID-19 lo fue, SERAPIO CANTU BARRAGAN, el exalcalde priista del municipio de Reynosa.
El político fronterizo sucumbió por los efectos del terrible mal, en un municipio donde la pandemia registra las cifras más elevadas de personas muertas.
Ahí donde las autoridades municipales han hecho de todo, menos el ser eficientes para contener las masas humanas que se desplazan por calles, plazas, tianguis, tiendas y atiborran los puentes internacionales.
Un municipio en donde a las principales autoridades les ha importado más el tema político, el asegurar y heredar las futuras posiciones, que en velar por la salud de cada una de las familias.
Lugar de la geografía tamaulipeca en donde se ha dilapidado y desviado el erario, incumpliendo los principales compromisos con la juventud y la educación.
SERAPIO CANTU BARRAGAN, fue una victima más de la incapacidad y la irresponsabilidad; el exedil lucho por su vida durante varias semanas, pero al final se convirtió en una estadística de las que hoy en día soslaya, MAKY ORTIZ DOMINGUEZ.
De forma irónica el Gobierno que encabeza la corrupta alcaldesa de Reynosa publica una esquela en la que pretende justificarse ante el dolor que representa la pérdida de un ser querido, reconocido y respetado, como lo fue, SERAPIO CANTU BARRAGAN.
UNA TRAS…Mientras decenas de negocios y tiendas departamentales, tianguis y hasta mercados, además de Iglesias, registran una retadora asistencia en plena pandemia.
Los inspectores de la COEPRIS hacen de la suya, convirtiéndose en el azote de pequeñas empresas que intentan sobrevivir, mantener su fuente de empleo y generar economía a la capital de Tamaulipas.
Se les ha visto desayunando y comiendo en lujosos restaurantes que no son molestados ni con el pétalo de una multa; visitando bares y expendios de bebidas alcohólicas asediadas por los adoradores de BACO.
La denuncia por actos de extorsión que valientemente han presentado empresarios de la localidad se ha traducido en una descarada reacción.
Uno de los negocios visitados por los inspectores de COEPRIS, lo fue el de, “DON CHAGO BARBER SHOP” quien sin tapujos denunció actos de autoridad arbitrarios al que los “servidores públicos” lo “invitaron” a desalojar su negocio para proceder a clausurarlo por presuntamente violar el horario de cierre.
DON CHAGO BARBER, al igual que otros comerciantes más de la localidad nunca fue apoyado económicamente durante los dos meses que, por efectos de la pandemia, debió permanecer cerrado y ahora se le coarta el derecho de salir adelante y generar ingresos para su familia y empleados.
El altruista y conocido “BARBERO” de la capital de Tamaulipas trasmitió en vivo lo que fue el último corte efectuado a uno de sus clientes, mientras una nube de inspectores se apersonó como verdaderos buitres a las afueras del negocio para llevar a cabo el cierre del local.
Con los empleados de, GLORIA MOLINA GAMBO, varios elementos de la Policía Estatal que esperaban para entrar en acción ante cualquier acto de resistencia de quien nunca cedió a todo acto de chantaje y en reiteradas ocasiones fue presionado con visitas frecuentes.
La trasmisión muestra la cerrazón de los empleados de la chiapaneca, la insensibilidad e intolerancia ante los comerciantes que mas se han visto lesionados por las políticas implementadas y mal interpretadas.
Se observa la prepotencia de uno de los inspectores y el tono de burla; así también la exagerada presencia de cuerpos de policía estatal, como se tratase de la captura de un delincuente.
DON CHAGO BARBER, fue objeto de numerosas muestras de apoyo y de condena los inspectores de COEPRIS; queda de manifiesto el irracional actuar de quienes dicen cuidar la salud de los tamaulipecos, pero en los hechos interpretan a su conveniencia los decretos publicados.
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