Cansados ya de los miles de anuncios desprestigiantes que hemos padecido en estas últimas semanas, pareciera que tendremos la más difícil de las elecciones, porque según lo que han publicado y dicho, hay tres grandes genios que pueden sacar a México del socavón en el que se encuentra, y que nos tiene sumidos en la crisis actual.

No podemos dejar de pensar en que hay cosas que han crecido, pero tampoco podemos ser ciegos al pensar que porque hay más registros en el IMSS tenemos más empleo: sabemos que muchos de éstos son temporales, y concluyendo las obras concluye el encanto para miles de padres de familia, si no es que son millones, y así podemos ver muchos indicadores.

Lo que todos sabemos es que el gas ha subido enormemente de precio al igual que las tarifas de luz, agua, teléfono, cable, y si nos vamos al supermercado, entenderíamos que hay papa más cara, zanahoria con mayor costo, brócoli con precio más elevado, y bueno, no terminaríamos de mencionar todo lo que nos afecta la situación actual del México en el que trabajamos muchos por sacar del atolladero, a pesar de la clase política.

Es entonces cuando nos cansamos de escuchar tanta diatriba política de todos los candidatos, que, inicialmente, nos engañan haciendo campaña disfrazada de pre-campaña, y solapados por la autoridad electoral. nadie hace una campaña fuera de su entorno, y ellos debieran hacer sus actos actuales dentro de sus convenciones juntas y demás.

El asunto es que ha aparecido lo que se conoce como “guerra sucia” o “guerra negra”, que es la multitudinaria aparición de recursos negativos de todos contra todos.

Cada quien tenemos una preferencia política y pensamos que quien tiene nuestra atención es la mejor opción; así, creamos a los grupos partidarios del PAN, PRI, PRD, Morena y los peques, y cada uno de nosotros piensa que lo que decidiremos debe ser congruente con nuestras necesidades nacionales, enfocadas desde un punto de vista particular, y eso no lo podemos separar: nadie puede pensar en el bien colectivo sin involucrar el suyo propio.

En ese sentido, los ciudadanos que no tenemos participación nos dolemos de ver los cientos de miles de millones que se gastan en mentiras, descalificaciones y más. Si ese dinero se utilizara para reconstruir las ciudades afectadas por el terremoto, seguros estamos que ya hubiéramos acabado con esa crisis.

Los escándalos están a la orden del día en una administración que asegura que combate a la corrupción encerrando a unos cuantos, pero haciendo gala de recursos ilimitados para los suyos, y demostrando que en México sí se sabe gastar dinero.

Esto, sin lugar a dudas, nos ubica en un tremendo socavón político, porque no tenemos una opción que, supongamos, pueda dar ese paso decisivo que requiere la sociedad mexicana.

Y para colmo, nos invaden a toda hora y en todo recurso de información y comunicación con anuncios baratos, muchos, hachos a la usanza antigua, que no deja de difamar, calumniar… mentir.

En lo particular, no nos interesa lo que pueda ser cualquiera de estos señores en su vida privada, sino lo que pudiera hacer por el México de todos nosotros, y la forma en que podríamos salir de este atolladero.

Confiamos en que nuestra opinión política pueda surgir como una verdadera opción, y que se convierta en una alternativa para que los mexicanos tengamos un estilo de vida mucho mejor que el que hoy detentamos.

Porque la verdad, nuestros hijos merecen un México mejor, y nosotros tenemos la firme obligación de luchar porque así sea, y para ello hemos de involucrar todo nuestro esfuerzo.

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