viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

ENTRE NOS / Retrógradas

Por Crónica Digital MX
noviembre 29, 2017

Dice la Real Academia Española de la Lengua del término de referencia, que es “dicho de una persona, partidaria de instituciones políticas o sociales propias de tiempos pasados, o contraria a innovaciones o cambios”.

Y es que cuando ocupamos algún término, muchas veces lo hacemos por costumbre, suponiendo qué significa, pero no sabemos exactamente a qué nos referimos, de ahí la explicación y ubicación del concepto en el estilo de elección del candidato a la presidencia de la República por parte de un Partido Revolucionario Institucional que ha vuelto a los procedimientos que le llevaron casi a su extinción, y que le tienen en el agujero político en que se encuentra.

Con la “nominación de José Meade, el tricolor ha vuelto a la usanza de los tiempos de Echeverría, López Portillo, Zedillo y otros más viejos y tan obsoletos como el método que han empleado, aunque hoy con una agravante que ya comienza a pasar factura: se han inclinado por un candidato externo, es decir, un no-militante de su instituto político, que para unos, es un plus, dado que el tricolor está envuelto en escándalos de corruptelas como ningún otro instituto en el mundo entero, aunque es justo decirlo, las corruptelas políticas mexicanas se dan en el PRI, PAN, PRD, Morena y todos los partidos que han tenido acceso a robar el presupuesto de los mexicanos vía prerrogativas que han permitido aun grupúsculo de vividores tener una existencia nunca antes imaginada, llena de lujos y excesos.

Hace muchos años, don Fidel Velázquez, entonces líder e la CTM estuvo en el Centro Cívico de Victoria para destapar a un candidato a gobernador: “Se ha pospuesto al compañero Américo Villarreal Guerra como candidato a la gubernatura –dijo- y pido a los asistentes, si están de acuerdo, lo muestren con el signo conocido (levantar la mano)”, e inmediatamente, antes de que todos lo hicieran, dijo: “aprobado por unanimidad”. Y se acabó el voto. Así era, no había forma de reclamar ni comentar: se hacía y ya, sin razonar, sin nada que pudiera pensar que los votantes tenían voluntad propia. Ésta les estaba prohibida, vetada, alejada de toda posibilidad.

Hoy, con el anuncio que se ha hecho, ha resurgido ese PRI de antaño, que está para volver a los tiempos dictatoriales. Pareciera que más de 7 décadas de oscurantismo no les hubieran enseñado nada, y entonces, de nueva cuenta, han caído en ese tiempo en que una sola persona decide, y hoy en día, han dejado la elección a uno de los mexicanos que menos popularidad tienen en el país, y una reputación nada favorable, ni para él, ni para el país, ni para los mexicanos.

La decisión tomada seguramente abrirá muchas heridas de grupos que creen tener todos los derechos del mundo, y otros que tienen 20, 30 o 40 años de militancia, “picando piedra”, como dicen algunos, y que han esperado una oportunidad como la presente.

Nos cuestionamos sobre lo que pensará, por ejemplo, Manlio Fabio Beltrones, si es que lo ha hecho con un espíritu congruente y lógico, o un Madrazo, campeón de las trampas atléticas y una que otra en la “polaca”; no sabemos qué pensarán los viejos priístas tamaulipecos que aún sueñan con una oportunidad de gobernar, esperando los yerros de los de enfrente que a juzgar por la ciudadanía, se han ido acumulando de forma estrepitosa.

La verdad es que la situación no es muy distinta a otros partidos: la alianza espera nominar a Ricardo Anaya e imponer al que puede y debiera ser el próximo presidente de México; Morena, como siempre, con su amo y señor, deberá elegir entre AMLO y su ego: no más. Y los demás están por el estilo: negando oportunidades a los votantes, los que pagamos incrementos diarios en gasolinas y gas, en energía eléctrica y padecemos falta de honorabilidad y de obras.

Y ellos no se han dado cuenta que por muchas causas y cosas, los mexicanos estamos despertando, como lo hiciera aquel enrome gorila de nombre King Kong, que al hacerlo despertó un momento de ira que causó muchas desgracias, lo que significa un caos político que puede ser de consecuencias no esperadas por ellos, pero sí por los votantes.

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