Ciudad Victoria, Tamaulipas a 02 de julio de 2025
cdtamaulipas.mx

Entre cifras y símbolos

La semana arrancó en Tamaulipas con un mensaje que busca algo más que informar: busca consolidar narrativa.

Desde la ceremonia de honores del lunes, el gobernador Américo Villarreal Anaya se paró frente al micrófono no solo para repasar logros, sino para tejer una imagen de estabilidad, eficiencia y cercanía, en un momento donde cada cifra —y cada símbolo— cuenta.

Con un tono sereno pero firme, el mandatario abrió su balance con un dato que, de confirmarse, marca un antes y un después en la percepción pública sobre la seguridad en el estado: el descenso de homicidios dolosos a un promedio mensual de 17 casos, muy por debajo de los 140 que se registraban en años anteriores, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En un estado que durante años fue estigma de violencia, esta cifra no solo es noticia: es mensaje.

Hay un dato que no debe pasar por alto, ayer la ONG México Evalúa, subió a su página los datos duros sobre los Estados que redujeron los índices de violencia y homicidios.

Tanto Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila se encuentran en semáforo verde, las entidades donde los indicadores de inseguridad son los más bajos y es una lectura que no debe pasar por alto. Por cierto que con estas entidades, Tamaulipas firmó el convenio de coordinación para seguridad.

Pero el balance no se quedó en seguridad. Américo aprovechó el momento para hilvanar acciones de distinto tipo, con el objetivo de reforzar el concepto de un gobierno que camina, que resuelve y que no olvida las causas sociales.

Desde el reconocimiento a maestros con 40 años de servicio, que sirve como guiño al sector educativo, hasta la entrega de vehículos y personal al IMSS-Bienestar, pasando por el apoyo a personas con discapacidad mediante tarjetas de bienestar, el gobernador tocó casi todos los ejes de su administración.

En todos ellos, el acompañamiento del gobierno federal fue subrayado —como ya es costumbre— para dejar claro que la relación con Palacio Nacional es más política de Estado que anécdota.

Uno de los puntos menos mencionados en la conversación pública, pero con más valor institucional, fue el reconocimiento de la Auditoría Superior de la Federación, que no hizo observaciones a la cuenta pública 2023 del gobierno estatal. En tiempos donde la rendición de cuentas sigue siendo el talón de Aquiles de muchos gobiernos, no tener observaciones no es poca cosa.

También recibió atención la calificación positiva de la firma PCR-Verum, que mejora la percepción del manejo financiero del estado, una carta que —en el papel— ayuda a reforzar confianza hacia dentro y fuera de Tamaulipas, sobre todo cuando se habla de inversión.

Y como cierre, Américo quiso ir más allá de lo local. Retomó la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum a favor de la paz internacional, y citó a Ramón López Velarde para hablar de patria, identidad y sentido de pertenencia.

Un gesto simbólico, sí, pero que revela la intención de alinearse no solo con el discurso nacional, sino con una narrativa más cultural, más histórica, más emocional.

En tiempos de polarización, de urgencias y de saturación informativa, las buenas noticias también son noticia.

Esa fue la línea con la que cerró su mensaje el gobernador, y también puede ser la clave para entender el fondo del discurso: Américo quiere que Tamaulipas deje de ser sólo nota roja. Quiere que también sea nota positiva.

Y ese intento, por estratégico que sea, también cuenta.