Aunque en todas las encuestas y sondeos, Morena aparece como amplio favorito para ganar las elecciones en Tamaulipas, el gran reto es que haga efectivo ese pronóstico, pues en el 2019, así estaban los números y apenas ganaron una diputación de mayoría. Claro, el escenario del 19, en nada se parece al 21; tal vez en lo único que sí es similar, es en el acecho de los infiltrados y traidores que están jugando las contras adentro del partido del Presidente.

Con la llegada del delegado especial de Morena, Luis Ernesto Palacios, parece que pueden componerse las cosas, pues la rebelión del mismo dirigente estatal Enrique Torres, manipulado por el «superdelegado» José Ramón Gómez Leal, «JR», tiene en claro que «o se alinea, o lo aíslan»; más cuando se puso al descubierto el papel de los esquiroles morenistas.

Por cierto a José Ramón «JR», se supo, fue llamado a la ciudad de México y le leyeron la cartilla para que se pusiera el «chaleco y la gorra» de la Cuarta Transformación. Si quería seguir formando parte de la 4T, «póngase a trabajar», le habrían dicho. La fotografía que hizo circular en redes sociales al lado de Gabriel García, su jefe, no fue circunstancial. 

Queda entendido entonces, que la unidad, es la palabra clave y mágica para que Morena cumpla el pronóstico de ganar, y el papel que haga el delegado Palacios va a ser fundamental para ello. 

La estruendosa reunión del sábado en Reynosa a la que asistieron casi todas las figuras representativas de Morena, fue tal, que tuvo eco en todos los rincones de Tamaulipas; el impacto mediático generó entusiasmo en el partido y sus líderes, y encendió preocupaciones en las filas de Acción Nacional. 

Este efecto, abona al deseo y al encargo que tiene Luis Ernesto Palacios, que dicho por los propios morenistas se resistía a venir a Tamaulipas por los comentarios negativos que se hacían sobre la forma de hacer política en el Estado; pero finalmente fue convencido por Mario Delgado para que aceptara, y parece ser que le empieza a gustar el rumbo están tomando las cosas. 

«No va a ser fácil», declaró apenas este domingo. «Nos van a querer meter el pie y es necesario unirse para enfrentar a una maquinaria que ya está aceitada y no va a generar elecciones limpias».

«Yo no vine para irme avergonzado y les voy a hablar con la verdad en el territorio, nada más no me reclamen porque se los estoy diciendo aquí, tengo que hablar con todos”, dijo ante un Enrique Torres con la mirada perdida.

La batalla no será fácil. 

El PAN con estructura y recursos no va dejarse arrebatar el poder, y Morena, si logra sumar y unir, puede aspirar a que no se repita el episodio del 2019. Luis Ernesto Palacios sabe esa historia, y como dijo, el pasado domingo, «no quiere irse avergonzado cuando haya acabado el proceso».