viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

El PRI, rehén de la 4T

Por Crónica Digital MX
junio 22, 2019

En el PRI hay una gran crisis interna que los actuales dirigentes no saben qué hacer para
salvar al partido que hoy se está cayendo a pedazos, y existe el temor de que en el 2021 pueda perder hasta el registro. Y mas aun cuando que el próximo líder Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, se ha tirado a los brazos de la Cuarta Transformación abandonado a su suerte a la militancia y a los cuadros que sueñan en una posible resurrección en el futuro.

Los gobernadores del PRI, están extraviados en sus administraciones que les importa poco o nada la suerte del partido; el único que levantó la voz este miércoles, luego de la renuncia de José Narro y Beatriz Pagués fue el mandatario de Coahuila, Miguel Riquelme quien llamó a la unidad y no apanicarse ante el derrumbe que vive el partido; los demás, lo único que quieren es salvarse y evitar que las llamas los alcancen.

En el Comité Nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu y su equipo llamaron a los gobernadores priistas para que les ayudaran a desactivar las renuncias masivas que se estaban dando, pero los teléfonos sonaron y nunca contestaron. Se dijo que los mandatarios han marcado distancia de la dirigencia nacional y del clan salinista que tiene secuestrado vía Ruiz Massieu el partido.

Los gobernadores priistas acostumbrados a la disciplina y a la institucionalidad han decidido destetarse de la «mafia del poder» tricolor y han optado por obedecer al poder presidencial que hoy impulsa y avala la candidatura de Alito.

La ruptura de los gobernadores priistas con la nomenklatura que ha movido los hilos del poder tricolor en los últimos treinta años, es real: no quieren saber nada de Carlos Salinas y de Enrique Peña Nieto, ni a nada que huela al pasado corrupto que alejó al partido de la sociedad y de la militancia.

El PRI es un partido que nació en el poder y por lo tanto, cuando lo sacan de su hábitat no sabe qué hacer; cuando eso ocurre, por su naturaleza busca el cobijo del Presidente o del Gobernador en turno, sea del partido que sea. Y hoy está pasando lo mismo. Cuando Fox sacó al PRI de Los Pinos, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, se tiraron a los brazos de él. Igual lo hizo Beatriz Paredes con Felipe Calderón. Cuenta un priista de renombre la anécdota que él personalmente recibió 100 millones de pesos del entonces secretario de Hacienda, Agustin Cartens y lo llevó a la sede del CEN del PRI que entonces lideraba Beatriz Paredes. La orden la dio directamente Felipe Calderon.

El ejemplo viene para ilustrar que el PRI cuando es oposición obedece solo a quien tiene el poder, y esta vez no es la excepción. Hoy está a merced de López Obrador, y Alejandro Moreno, Alito, es el prueba clara de a que así es. Los gobernadores priistas rompen con su diligencia nacional y  sus líderes tradicionales como ahora, y se vuelven comparsas obedientes con el poder actual.

El PRI no tiene remedio. La militancia está olvidada y deambula entre la incertidumbre y la ignorancia. Las escaramuzas y las renuncias recientes se inscriben en el 2021: o sobreviven aferrados a la 4T, o pierden su registro. Su vida electoral pende de un hilo.