viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

El muchacho y el Presidente

Por Crónica Digital MX
marzo 3, 2021

Aunque el Presidente López Obrador mostró una serenidad paternal cuando el muchacho lo abordó en plena Mañanera, en el primer círculo de Palacio Nacional se activaron las alarmas sobre su seguridad personal.

Primero fue la «mentada de madre» que recibió en el avión durante su vuelo de Guadalajara-México, y horas después en la conferencia, cuando el joven con antecedentes penales burló la vigilancia y lo abordó para denunciar que había sido encarcelado por varios delitos que no cometió. 

Ante los ojos del país, se pudo ver cómo el sujeto con toda facilidad se plantó frente a él. Incluso, se vio cómo el Presidente lo sujetó de los brazos para mantenerlo a distancia.

Si hubiera ido con intenciones de hacer daño, lo consigue sin problema alguno; por fortuna, no fue así. «Son gajes del oficio», dijo AMLO luego que fue cuestionado sobre el incidente y sobre los riesgos a los que se expone sin traer seguridad personal.

El asunto es más complicado y delicado de lo que parece. 

Nunca como ahora, un mandatario nacional se había confrontando tanto con los poderosos grupos de poder en el país; han sido tantos los callos que ha pisado y lesionado tantos intereses, que no se descarta que alguien que se sienta ofendido o lastimado por las acciones de gobierno, pretenda una acción contra él. Y no se trata de la delincuencia organizada o de los grupos del crimen, pues está claro que algunos simpatizan con su filosofía «de abrazos, no balazos». 

Aquí el adversario como lo ha admitido el Presidente, es más poderoso y está herido de muerte, que puede vengarse y hacer daño en cualquier momento.

No se olvida aquella advertencia de Juan Antonio «El Diablo» Fernández cuando fue obligado a pagarle a SAT mas de 9 mil millones de pesos: «Voy a pagar al SAT, pero si es necesario pondré el doble para sacar a AMLO en 2022″. Su dicho fue recibido en Palacio Nacional como una amenaza, y no es propiamente política. 

Este tipo de incidentes y otras situaciones de encono han ido creciendo. Los demonios que Mario Ruiz Massieu denunció en 1994, continúan sueltos; pero ahora se han multiplicado y han acumulado más más odio y rencor.

La primera dama, Beatriz Gutiérrez, ya había pedido al gabinete que «cuiden al Presidente», y ante los acontecimientos recientes, han tenido que hacerlo. 

Actualmente, la seguridad de López Obrador recae en ocho mujeres que se encargan de cuidarlo. No tienen preparación policíaca ni son especialistas en defensa personal; su trabajo es rodearlo y evitar que la gente se le acerque y lo toque. Ellas son: Paola, Andrea, Regina, Jéssica, Liliana, Nayely, Jimena y Estefany. Tienen un sueldo aproximado de 76 mil pesos, según la nómina oficial y son coordinadas por Danel Asaf. 

Ahora se formará un segundo anillo de protección sobre el Presidente y en los eventos públicos se extremarán las medidas. Los saludos personalizados, que tanto le gustan, seguirán, pero bajo protocolos severos. Los demonios andan sueltos, y tanto el Presidente como en Palacio Nacional parece que ahora sí reforzarán en serio su seguridad.