La invitación que hizo Andrés Manuel López Obrador a Héctor Martín Garza, alias El Guasón, para que sea el próximo Oficia Mayor de la Secretaría de Educación Pública, desató al interior de Morena en Tamaulipas, rabietas, envidias y especulaciones.

Quienes conocen de cerca al Guasón, consideran que esa chamba le queda grande porque el reynosense no tiene la formación, ni el perfil, ni el tamaño para ese cargo, tomando en cuenta que en sus manos estará administrativamente, echar para atrás la Reforma Educativa. Consideran que la decisión que influyó en López Obrador para darle ese encargo fue emocional y no profesional, porque el Guasón fue de los primeros que en Tamaulipas apostaron por él y por su proyecto nuevo de nación; fue de los pocos que le abrieron los brazos y lo paseó por todo el Estado. De hecho, esa cercanía lo llevó a que Héctor Martín fuera candidato a Gobernador por Morena en Tamaulipas, con un gran apoyo mediático por parte del ahora presidente electo.

El Guasón se ganó a Andrés Manuel, más por su servilismo y lambisconería, que por su capacidad política para hacer crecer el proyecto en Tamaulipas. Y sí, para dar coba y hacer la barba, nadie mejor como el Guasón. Además, es eso lo que le gusta a AMLO; aunque no le agrada ser ostentoso, al presidente electo le encanta que lo adulen y lo aplaudan.

Pero el asunto, es que el Guasón ya está en una posición de privilegio y ha desatado una serie de envidias en Tamaulipas entre los mismos morenistas, mismos que desde ahora, lo ven como prospecto para la gubernatura, y aunque muchos se mueren de risa, la verdad es que no está descabellada la posibilidad de que sea así. Más, cuando se conoce de los caprichos de Andrés Manuel, que fiel a la política chicharronera en la que se ha formado, sí podría encapricharse y calentarlo para el 2022.

Por cierto, desde el mismo momento en que anunció en redes que fue invitado a ser el próximo Oficial Mayor de la SEP, la clase política tamaulipeca priista y panista, lo saturaron de felicitaciones, y todos con respeto le llamaron “licenciado y ya no Guasón”.

Y así como el “licenciado Guasón” se coló al gabinete lopezobradorista, muchos, por no decir cientos de paisanos, están desbocados buscando chamba de lo que sea en el próximo gobierno.

Y habría que preguntarle a Ricardo Monreal, quienes son, pues en sus oficinas en la Ciudad de México, tiene un altero de solicitudes y currículums. Sin contar las largas filas de buscachambas; y son tamaulipecos, nuevoleoneses y coahuilenses los más vistos, y si usted se pregunta que si son priístas, la respuesta es sí: todos, o casi todos son ex militantes del PRI.

Y es que fue Ricardo Monreal el hombre que utilizó Andrés Manuel Lopez Obrador para desmantelar el PRI durante el ultimo año, previo a la elección presidencial, y es el zacatecano el más solicitado en esta feria del hueso.

Quienes han seguido de cerca el proceso de designación de cargos, dicen que el criterio que está utilizando Andrés Manuel se define de dos maneras:

Los cargos principales, como secretarios o directores generales de paraestatales, los definió a partir de capacidades y de imagen; es decir: designó a personas con buena reputación y fama pública, aunque hay quienes no están de acuerdo con ello. La otra manera, es el de los amigos; de aquellos que se la jugaron con él y lo acompañaron desde años atrás en esta lucha de casi 20 años.

Para los puestos de tercer o cuarto nivel, los estaría dejando en manos de Alfonso Durazo, Alfonso Romo, Ricardo Monreal, Martí Batres, Mario Delgado, Yeidckol Polevnsky, y Olga Sánchez Cordero: su primer equipo.

A 16 días de que tome protesta, la feria del hueso está en su expresión más alta.