viernes 20 de septiembre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

El General, en su Laberinto

Por Crónica Digital MX
octubre 24, 2018

Quienes lo conocen y lo han tratado, dicen que es “un tipazo”.

Educado, disciplinado, con un sentido del orden admirable, además de ser un hombre estudioso;

se capacitó en el Pentágono, Francia y Canadá. No forma parte de la burbuja o élite militar tradicional, pues es relativamente joven con 58 años de edad. Apenas en noviembre del 2017 fue promovido para General de División y hasta el día de su nominación se desempeñaba como comandante de la IV Región Militar con sede en San Nicolás de los Garza en Nuevo León. También estuvo en Piedras Negras, Coahuila, y en Reynosa, Tamaulipas, donde hizo muchos amigos, mismos que hablan maravillas de él.

Su nombre es Luis Cresencio Sandoval, nació el 7 de febrero de 1960 en Tijuana, Baja California, y será a partir del próximo 1 de diciembre, el nuevo Secretario de la Defensa Nacional, luego de ser designado como tal por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

El General Sandoval no estaba en la terna final que fue puesta en manos de López Obrador por la élite militar y su irrupción tomó por sorpresa a toda la milicia que vio el desencanto de los generales Eduardo Zarate y Roble Arturo Granados Gallardo, quienes se habían perfilado como finalistas y posibles sucesores de Salvador Cienfuegos.

La noticia de su designación fue de un gran impacto, pues al General Sandoval, los altos mandos del Ejército, ni lo hacían en su mundo. Su llegada, al cargo más alto, se considera una ruptura con la vieja clase castrense y la inauguración de la Cuarta Tranformación en las fuerzas armadas. Su arribo a la Secretaría se le considera además como un artífice de la Comisión de la Verdad que ha prometido López Obrador y que revelaría el misterio de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y otros secretos de la historia del país que se guardan con gran recelo en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Pero al margen de los cambios y sorpresas que pudieran ocurrir en el ámbito militar en el próximo sexenio, en el contexto regional (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas), desata también un gran ruido la llegada del General Sandoval a la Sedena. Algunos se ponen alegres, otros se entristecen, y otras tantos se vuelven reflexivos y hasta hacen cuestionamientos sobre si es bueno o es malo que un hombre que conoce a la perfección los territorios de la región llegue a este cargo.

Para la Secretaría de la Defensa Nacional, la región noreste del país, Nuevo León y Coahuila, pero particularmente Tamaulipas, son territorios apaches. Las bandas del crimen por años han dominado y han hecho valer a punta de plata y plomo su poder. Crecieron y se enraizaron porque el poder político y policiaco así se lo permitieron; eso sin duda que lo sabe y está consciente el próximo jefe de las fuerzas armadas.

Los que se alegran, los que se entristecen o los que se ponen a reflexionar sobre el reto que tiene el General, obliga a pensar en positivo de que la región de la violencia, hoy tiene la esperanza de recuperar la paz, porque un hombre con el perfil de Luis Cresencio Sandoval sabría cómo atacar el gran problema de la inseguridad que vive la región y todo el país.

De igual forma, desata escalofríos pensar que nada vaya a poder hacer, o nada lo dejen hacer; que sería una fatalidad para quienes han depositado su confianza en el nuevo gobierno y en los hombres y mujeres que ocuparan los cargos de gran responsabilidad como el General Sandoval.

Mejor pensamos en positivo y nos quedamos con la imagen del “tipazo”, amiguero, enérgico y estudioso del General Sandoval que viene a romper esquemas al interior de las fuerzas castrenses del país, pero también a enfrenar con valentía un problema que tiene sumido al país en el miedo y en la violencia. Los votos de confianza, deben estar con él y con el próximo gobierno. Al final, no nos queda de otra.