Ciudad Victoria, Tamaulipas a 06 de noviembre de 2025
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El acoso, ¿falló la seguridad?

Sin importar quien ocupe la silla ni su filiación partidista, la Presidencia de la República, como institución, merece un respeto y un cuidado especial. La seguridad personal de quien la encarna nos incumbe a todos.
De aquí la preocupación ante el ultraje que sufrió la doctora SHEINBAUM durante su recorrido a pie por el centro histórico capitalino, alrededor de las 11:40 horas, cuando se trasladaba a la sede de la Secretaría de Educación, donde habría de presidir la Primera Reunión Nacional de Universidades e Instituciones Públicas de Educación Superior para la Transformación de México.
A las 12 horas estaba programado dicho encuentro con rectores de todo el país, en presencia de personalidades como MARIO DELGADO, titular de la SEP; ROSAURA RUIZ, secretaria de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, así como LUIS ARMANDO GONZÁLEZ, titular de la ANUIES.
La doctora SHEINBAUM explicaría después que prefirió irse caminando para ganar tiempo, ya que la saturación vehicular en esa zona retardaría hasta 20 minutos el traslado si se moviera en automotor.
Dos cuadras y media. Había salido de Palacio muy relajada, andando y saludando gente. Cruzó la esquina de Moneda y Seminario, para dirigirse por la peatonal de República Argentina, junto al Templo Mayor, con rumbo a Donceles donde la esperaba el evento.
Al momento que un grupo de mujeres se acercaba a saludarla, un sujeto de unos 40 años, moreno claro, complexión atlética, estatura de 1.60 metros y corte de pelo estilo “cepillo”, la abraza por la espalda, sus manos rodean el talle de la Presidenta y luego intenta darle un beso en el cuello.
Ella lo sintió de inmediato y, sin perder la calma, con buenos reflejos y un gran control de sí misma, logró detener el avance de esas manos y zafarse, dando un paso adelante y girando hacia él.
Tardíamente, alguien de la comitiva intervino para alejar al pelafustán, aunque este todavía hizo esfuerzos por abrazarla mientras balbuceaba incoherencias. Embarazoso momento, la doctora redobló el paso y el sujeto se alejó.
DEMASIADAS FACILIDADES
Cuesta trabajo creer que la seguridad no haya actuado a tiempo. Se trató en este caso de una abuso tipificado como sexual y no pasó a mayores. Pero el agresor también pudo traer un arma, con la facilidad suficiente para accionarla.
De nuevo circula en la opinión pública la duda que afloró en Uruapan, la semana pasada: ¿y dónde estaba el equipo de seguridad?, ¿por qué alguien con esa facha tuvo el campo libre para acercarse tanto que logró hacer contacto corporal?
A los vigilantes les llamamos guardaespaldas porque lo primero que cuidan es la espalda, punto ciego de cualquier persona. Y resulta que CLAUDIA fue agredida por la retaguardia, ahí donde tendría que haber acompañamiento siempre (y no hubo). De uno o más vigilantes.
No es cualquier persona, es la Presidenta de México. También llama la atención el perfil del sujeto. Aunque hoy nos digan que el tal URIEL RIVERA MARTÍNEZ trabaja como mandadero en una óptica ubicada en las calles de Madero y Tacuba, tiene aspecto de sicario. Hasta apodos se le conocen: el “Parches» o también «Ojo Medio».
Y algo más. El incidente ocurre antes del mediodía, pero el arresto de URIEL se ejecutó hasta las 21 horas. ¿Por qué no lo retuvieron en ese momento?… La operación estuvo a cargo de elementos de Seguridad federal y Seguridad capitalina.
Se le imputa el ilícito de abuso sexual, de acuerdo al artículo 176 del Código Penal para la Ciudad de México, cuya pena puede oscilar entre 1 y 6 años de prisión. De haber agravantes, el castigo se extendería.
LA DENUNCIA
Al ser delito en flagrancia, no necesitaba querella expresa para proceder. Sin embargo, en la mañanera de este miércoles, CLAUDIA dijo que de cualquier manera presentó denuncia: -“porque esto es algo que viví como mujer”, “lo vivimos las mujeres en nuestro país”, “lo he vivido antes cuando no era Presidenta, cuando era estudiante joven.”
Para añadir que si no denunciaba el hecho: -“¿en qué condición se quedan todas las mujeres mexicanas?… Si esto le hacen a la Presidenta, pues ¿qué va a pasar con todas las jóvenes mujeres en nuestro país?”
Además, no fue la única víctima. El abusador había repetido esta acción con otras mujeres en dicha calle, por ser vecino del rumbo. La jefa del Ejecutivo se refirió al espacio personal, el cual “nadie puede vulnerar”.
También señaló que el acosador “andaba totalmente alcoholizado”. Pero luego, durante el interrogatorio, el propio URIEL habría dicho, a manera de pretexto, que se encontraba bajo los efectos de una droga. Lo cual no podemos dar por cierto hasta que se conozca el examen toxicológico.
En calidad de mientras, los testigos coinciden con lo que vimos en los videos. El comportamiento del atacante se observaba errático, tambaleante. De cualquier manera, la última palabra la tiene el forense. Para cuando esta columna se publique es probable que ya haya noticia.
Más importante será el examinar los protocolos de seguridad en esta clase de eventos espontáneos, donde el personaje público se encuentra a merced de imponderables.
Es decir, revisar con lupa las rutinas del equipo de seguridad que acompaña a la mandataria (la denominada “Ayudantía”) para evitar que se repitan episodios así. Oiga usted, pero de que hubo falla, la hubo.