Desde finales de febrero que se detectó el primer caso de Covid-19 en México, la cifra de contagios y muertes ha ido en aumento. La famosa fecha del aplanamiento de la curva, que algunos gobiernos, sobre todo el Federal, asegura que ya se llegó y que la crisis mayor ha sido superada, los casos siguen contándose por montones.

Los Estados dicen tener una cifra, la Federación maneja otros datos, y algunos laboratorios y hospitales, también aportan sus números en esta polémica. La población mientras tanto, nomás ve pasar cifras y declaraciones.

En este mismo contexto, muchos, pero muchos ciudadanos, lo dicen también sin empacho, que la culpa de toda esta fiebre de contagios, son los medios de comunicación y los periodistas que magnifican y escandalizan con las cifras. Los más radicales, afirman temerariamente que hay una complicidad del gobierno con la prensa para infundir miedo y confusión. En medio de esa ignorancia y falso debate, algunos despistados creen que son los medios, los culpables de todo este desgarriate y no ven mas al fondo del problema.

Algunos líderes y la misma sociedad deben entender y analizar que los gobiernos, desde una óptica mezquina y bizarra, han usado al Coronavirus como una herramienta política para confundir, hace grilla barata y pelear o regatear presupuestos públicos.

El virus existe: enferma y mata a quienes no tienen un sistema inmunológico, lo dicen con evidencias científicos serios, pero los gobiernos han encontrado en esto, un pretexto para manipular y engañar.

En todos los niveles de gobierno, en México y el mundo, existe una lucha por ver quien saca más raja política y económica de esta crisis sanitaria, sin importarle que haya víctimas mortales en esta problema. Será el tiempo finalmente quien pondrá en su lugar a quienes hoy mienten, manipulan y hacen negocio con este virus.

Por lo que hace a la prensa y los medios de comunicación, nada tienen que ver en este asunto;  la prensa es sólo un canal de comunicación que transmite noticias y hechos. La información se difunde y se pone a consideración del lector o auditorio para que este norme criterios y saque sus conclusiones sobre el tema.

A más de 100 días de esta crisis, las cosas han cambiado, y la gente se ha dado cuenta de la perversidad de los gobernantes que lejos de atender con seriedad el problema se dedicaron a confundir. El asunto del Covid-19 se manoseó tanto que la población terminó por salir de su confinamiento y mandar al carajo todas las recomendaciones que desde el poder le hicieron. Hoy, la ciudadanía asfixiada por el encierro y el hambre, porque nunca le llegó la ayuda o la despensa prometida, está decidida a enfrenar al virus con sus propias medidas de prevención.

Las empresas, los centros de trabajo, los centros de recreo y los comercios formales e informales ya están trabajando con normalidad, mientras los gobiernos siguen discutiendo estrategias y peleando por recursos. No se han dado cuenta que ya fueron rebasados por una sociedad que se cansó de ver pleitos y escuchar mentiras.

Al final de todo, esta pandemia puso en su lugar a quienes mienten e hizo entender a la sociedad que los gobiernos no están preparados, menos interesados, para defenderla de los grandes problemas que la aquejan.