Después de que Adrián Oseguera pasara por grandes obstáculos en su campaña, e imponerse a una serie de “golpes bajos” por parte de los propios militantes de Morena, y finalmente obtener resonante triunfo electoral; al parecer sus adversarios políticos siguen tratando de dañar su imagen.

Lo anterior salió a relucir, luego de que supuesto integrante del partido Morena, sufriera una agresión por sujetos desconocidos, y tuviera que ser asistido y atendido por elementos de la Cruz Roja.

Separando ambas cosas, lo que se debiera estar comentando en la zona es precisamente la lamentable agresión de esta persona, pero al hacer él mismo una grave acusación al alcalde maderense, desvirtúa totalmente el cobarde acto del que fue objeto restando seriedad y por ende, metiéndose en otro problema, pues para hacer una denuncia se tienen que tener los elementos para probarlo.

Independientemente de la parte legal, la agresión se dio, y el joven está en su derecho de presentar la denuncia correspondiente, pero insisto, si no tiene pruebas se meterá en otro lío de carácter judicial.

Por otra parte, y haciendo un brevísimo resumen sobre la persona agredida, se llama Carlos Turrubiates, y estuvo la mayor parte de la campaña actuando en contra del proyecto de Adrián Oseguera, a pesar de que aparentemente es integrante de Morena.

También se dijo y se insistió que este joven era patrocinado por el anterior alcalde AZ, lo que nadie se preocupó en comprobar, pues eran tiempos de campaña, y era lógico que se dieran este tipo de situaciones.

Sin embargo, ahora que el alcalde lleva casi un mes de que tomó posesión han regresado las calumnias, pues antes de este incidente, ya habían empezado a denostarlo a través de las redes sociales, por parte del mismo joven que ahora fue golpeado, y que pretende echarle la culpa.

No hay que perder de vista que ya estamos en tiempos políticos, ya inició el proceso electoral 2019, y seguramente alguien busca perjudicar la imagen del presidente municipal de Madero.

No podemos asegurar que alguien pueda estar detrás de esta situación tan desagradable, pero tampoco podemos cerrarnos a esa posibilidad, máxime que el ahora alcalde en campaña no hizo caso a la serie de difamaciones de las que fue objeto, lo que encolerizó más a sus adversarios políticos.

Como no consiguieron su propósito, que era en primer término evitar que apareciera en la boleta electoral, y después impedir su triunfo, casi al final de la campaña agredieron al equipo del hoy alcalde en la colonia Hipódromo, y aun con toda esa serie de tropiezos no pudieron evitar lo que sucedió finalmente.

Ahora, no descartamos la posibilidad de que algún maquiavélico personaje de la política maderense esté detrás de esta situación para dañar la imagen del alcalde.

Y aclaramos, no estamos minimizando la cobarde agresión al joven Carlos Turrubiates, pero sí exponemos sus antecedentes en el terreno de la política maderense; y tampoco podemos descartar que alguien se esté aprovechando de esta lamentable situación.

Además, si el hoy alcalde tuviera una forma cavernícola de resolver sus asuntos, en campaña tuvo razones de sobra para al menos reclamar el “juego sucio” del que fue víctima, y no lo hizo.

En numerosas ocasiones en diferentes colonias muchas familias maderenses expresaban que AOK es una persona de valores, honesto, y de buenas costumbres.

Insisto, no pretendo tampoco defender a nadie, pero resulta ilógico que si durante la campaña en que AOK fue víctima de una fuerte “guerra sucia” actuó con aplomo y paciencia; no es creíble que ahora venga alguien a decir que es autor intelectual de una agresión. No se vale que en un afán personal se pretenda dañar la imagen de un servidor público, sobre todo porque tiene una familia y a la misma ciudadanía a quién poner el ejemplo. Por ello urge regular las redes sociales, pues casos como éste ha habido muchos, y no es justo que sigan dándose situaciones en las que sin prueba alguna pretendan dañar la imagen de una persona, sobre todo porque tienen una familia a la cual se le debe respeto.

Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.