Hay indicadores de que el siguiente ex gobernador tamaulipeco que tendrá la misma suerte de su antecesor Tomás Yarrington Ruvalcaba, será el victorense Eugenio Hernández Flores. Ya se han filtrado supuestas acusaciones de testigos protegidos en Estados Unidos que lo inculpan en algunos delitos, sobre los que les gusta y en los que tienen especialidades las autoridades de Estados Unidos, por supuestos vínculos con la delincuencia. Y para los vecinos del norte los supuestos son hechos. Es su forma de justificar sus procedimientos de la justicia de ese país.

Aunque todavía el año anterior a Hernández se le vio posando con las calderas de coque, sobre la carretera Victoria-Zaragoza en su flamante motocicleta de cuya marca regalo a algunos de sus amigos y aliados de otros partidos políticos, durante su mandato. El asunto es que una corte federal de Estados Unidos lo está requiriendo.

Según versiones del argot político durante el mandato de Hernández, este y el actual gobernador intercambiaron palabras durante un ríspido encuentro, en el que Eugenio le espetó, que jamás llegaría a la gubernatura de Tamaulipas, a lo que el ahora gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca le respondió, que sí llegaría a la gubernatura y, lo metería a la cárcel.

Y la misma historia le alcanzaría a su socio empresarial como fue su sucesor también el ex gobernador Egidio Torre Cantú. Con quien hay una relación tortuosa y solo se ven bien cuando está de por medio “Don Dinero” y los Bussines correspondientes. Pero pareciera que el destino los ha unido.

La suerte cambió para ambos el día que el otrora partido del que se adueñaron -el PRI- durante doce años, porque jamás fueron priístas, perdió los poderes en esta entidad incluidos los fácticos. Hoy los dos ex mandatarios, siguen las huellas de Yarrington Ruvalcaba, ya detenido y en proceso de extradición. Por lo mismo ya no sólo los hermana “Don Dinero”, sino las perversidades y el desastre que dejaron en la regiones tamaulipecas.

Como dice el gran libro “la suerte está echada” pero como haya sido. Bien o mal tendrán que se enfrentar el juicio de la historia y si esta se adelantó, no hay que pedirle al tiempo que vuelva.

Lo más probable es que las autoridades federales se allanaran como lo hizo la administración egidista durante los primeros años de la anterior administración, cuando los cateos a los bienes y propiedades de Hernández fueron constantes durante al menos treinta días en la capital del estado. Precisamente cuando la titular de la PGR era Marisela Morales, con cuyo equipo colaboró el actual procurador de Tamaulipas Irving Barrios Mojica.

Desde entonces se confirmó que Eugenio y Egidio son lo mismo. Ya que al menos dos propiedades de Eugenio también lo fueron de Egidio, pero que por la quiebra dolorosa de las empresas en 1994, fue necesario que pasaran de un nombre a otro. Y que precisamente afloro en la aquella cascada de cateos.

Quizá por ese motivo Egidio se mostró muy modosito cuando Cabeza de Vaca se alzó con el triunfo en el aquel 5 de junio del 2016. Sabría el ex gobernador -como se dice en el argot eclesial- que en su pecado llevaba la penitencia?.

Solo ellos, los dos últimos ex gobernadores, saben los pendientes que dejaron a nivel estatal. Sus adeudos millonarios con instituciones nobles a las que saquearon hasta las heces. Las cuales están a la vista y de las cuales ya ha tomado parte la procuraduría estatal. Ya que se trata de afectaciones al patrimonio de los trabajadores no solo de la burocracia estatal sino también del medio magisterial.

Lo más probable es que por ese motivo cientos de profesores están retirando sus ahorros, de su sistema para el retiro. Pues advierten que los organismos están en bancarrota. Un tema que obliga para un nueva entrega, porque los resultados del balance final del Sartet y Upysset son espantosos. No así para la sección 30 del Snte con la que no puede Rigoberto Guevara, ya que este habrá sido juez y parte de las tropelías de sus antecesores en el cargo.