Hasta no hace mucho surgieron la denominadas “Juanitas”. Es decir las mujeres que ocupaban un cargo público pero que eran manipuladas por sus esposos o por sus manager. Apenas en la década de los años 50 del siglo anterior pudieron ser nominadas como candidatas de cualquier partido. No porque las mujeres tengan menor dignidad que los varones, pues ambos participan del concepto hombre. Aunque las mujeres prefieren llamar hombres a los varones.

Es un círculo vicioso que tiene todavía resabios en las expresiones de las propias mujeres cuando hacen alusión a los varones, a quienes llaman hombres. Quizá porque son millones de siglos en los que las mujeres han estado en el anonimato.

Hablar hoy de la violencia política de la mujer, pareciera una expresión atrevida. Porque han sido las mujeres quienes se han automarginado de participar en las tareas políticas. Ya que siendo justo en el análisis en torno a su desempeño, la eficiencia de la mujer ha marcado tendencia, en los discursos de los varones, ha modificado sus expresiones. Y estos dan la impresión de que cada vez que exaltan los valores de la mujer, hay en ellos más conciencia de la feminidad que llevan dentro.

Pero también ha sido lamentable y hasta desastroso cuando las mujeres dejaron de hacer y desempeñar los roles tradicionales en el núcleo familiar, social, económico y político. Ya que en una sociedad matriarcal como las de los mexicanos, la ausencia de la mujer en cualquiera de esas tareas, los resultados son adversos y complicados de revertir.

Basta ver el incremento de los problemas sociales durante las últimas dos décadas. En las que ha sido intensa la participación de la mujer en tareas políticas, económicas, sociales y culturales, donde las nuevas generaciones se muestran deshumanizadas, con una severa ausencia axiológica, insoslayable con literatura de autosuperación en los adolescentes y los jóvenes.

Los vacíos que hay en la sociedad, no será la ausencia de la feminidad que renunció a sus roles tradicionales y decidió ocupar un puesto en la fábrica, la maquiladora, la grilla y otros distractores?.

Quiere entonces decir que sería mejor retornar a la sociedad matriarcal y no vivir en la pluralidad de las responsabilidad del varón y la mujer conservando ciertos contrapesos, porque este es un “ensayo” que ha dejado abismos relevantes. Ya que las nuevas generaciones se muestran estereotipadas, ante la ausencia de la feminidad en los renglones tradicionales de la vida de los mexicanos.

Ahora que si por paridad de género se entiende, que la mujer puede dejar a sus hijos con su marido para ella irse al bar con sus amigos. Es un referencia de que la libertad de es una circunstancia incomparable con la equidad y no un ejercicio de paridad.

Y quizá cobra relevancia la expresión del poeta mexicano Octavio Paz, quien indica en sus obras, que los mexicanos caminan en la orfandad. Y vaya que el poeta escribió la sus obras, cuando en este país la mujer y la concepción de esta era un contenido no una praxis. Así hay quienes consideran, como la consejera Tania Gisela Contreras López que la ausencia de la mujer en las tareas tradicionales es una de las causas de lo que hoy hay en México.

Mucho hay por decir de la mujer pues al igual que otros temas fundamentales del humanismo, como son los derechos humanos, apenas están siendo explorados, hoy son parte de las reformas a las Constituciones y leyes que rigen el orden de la nación. Por ello ahora, resulta que estén en boga temas como el que presentó ayer en esta capital, Ana Paula Soto Maldonado Presidenta de participación del Instituto Nacional de la Mujer. Como fue la violencia política de la mujer.
En otro orden, circuló la versión de que Abel Gamez el mismo que se desempeña como subsecretario en la secretaría de desarrollo rural, se llevó un tremendo susto cuando viajaba sobre la carretera. Ojala sirva para que entiendan que la seguridad no se recupera por decreto gubernamental, sino por una ejercicio ciudadano y un replanteamiento de las acciones de las autoridades.

El gobierno estatal y el Dif estatal continúan con los festejos del Día del Niño en la ciudad de Reynosa. Donde no han cejado los actos de inseguridad, lo mismo que en otras regiones como la capital del estado.