Existen muchos ejemplos de políticos que buscan por años alcanzar el poder por la vía del voto popular, y cuando llegan a este, son una decepción aberrante. Incluso, hay otros casos de aspirantes al poder que irrumpen en el mundo de la política de forma novedosa e impresionante que generan grandes expectativas, que prometen un mundo color de rosa para sus gobernados, y acaban siendo los peores.

En la actualidad, en la escena nacional y local hay muchos ejemplos que encajan perfectamente con esos perfiles. Algunos dicen que los culpables de que esto suceda, es el pueblo, porque este es el responsable de llevarlos al poder. De ahí surge la clásica de que, «los pueblos tienen los gobiernos que se merecen», y aunque hay algo de razón en esto, son muchos los factores que influyen para que lleguen al poder los malos gobernantes.

Maquiavelo, en su libro «El Príncipe» ilustra con mucho, cómo deben ser los gobiernos. Lástima que hoy los políticos que llegan al poder, no leen o no entienden el arte o el oficio de gobernar bien, si lo hicieran, tendrían siempre de su lado las simpatías de la gente.

«El Príncipe (gobernante) evita en gran medida ser odiado o despreciado. Si lo hace bien, con arte y oficio, mantiene siempre al pueblo satisfecho y de su lado», así lo escribió el pensador italiano hace más de 600 años.

El tema viene al caso, porque en Tamaulipas, Nuevo León, San Luis Potosí, Coahuila y en todo el país, se va a registrar el próximo año la elección más grande de la historia, en donde aparte los cargos que estarán en disputa (alcaldías, diputaciones locales, federales y gubernaturas), está en juego el futuro, la gobernanza y la estabilidad política del país, y es urgentemente necesario que los electores abran bien los ojos y voten por el mejor candidato; que decidan con la inteligencia y no con el corazón a la hora de votar.

Con el arranque oficial del proceso electoral, ya empezaron a correr y a desfilar hombres y mujeres ofreciendo mundos mejores y honestidades inmaculadas.

En la escena nacional, hay un presidente que llegó al poder en el 2018 con 30 millones de votos, y aun se está a la espera de que cumpla todo lo que prometió. En Nuevo León, en 2015 llegó al gobierno un modelo independiente que generó expectativas de cambio que jamás vieron los nuevoleoneses. En Tamaulipas, en el 2016 se dio la alternancia partidista después de 80 años, y en el 2022, sabremos si el cambio de color partidista del gobierno fue para bien.

Estos ejemplos deben de servir para tomar conciencia desde ahora a quién queremos en el poder y a quien le damos el voto, pues resulta difícil, sino es que imposible encontrar en la escena nacional un buen gobierno y un pueblo feliz con su gobernante.

Talachazos

EL VERDE DE LA ESPERANZA.- A propósito de expectativas y esperanzas, en Tamaulipas, está resultando toda una revelación el trabajo que está realizando el hiperactivo dirigente del Partido Verde, Ricardo Gaviño Cárdenas. El joven le está imprimiendo un dinamismo a la chamba que no se descarta que en las próximas elecciones, el Verde sea una sorpresa electoral. La estructura y la renovación de cuadros directivos le están dando forma para que así sea.

Este miércoles el dirigente del Verde, Ricardo Gaviño entregó al IETAM la plataforma electoral para 2021, tal como lo exige la ley, y llama la atención cómo en más de 30 puntos de este documento, este partido se preocupa por todo el entorno ambiental, valores, salud y educación de los tamaulipecos. Son muy buenos propósitos que ojalá y se cumplan, y de esto tendrá mucho que ver el trabajo de Gaviño Cárdenas.