De cara al 2022, los resultados electorales en Tamaulipas dan al PAN y al gobernador Cabeza de Vaca certidumbre para operar la sucesión. Dependerá de una buena estrategia política y un buen ejercicio de gobierno para sacar adelante los proyectos que ya están en la cabeza del mandatario y los que se empiezan a mover por su cuenta.
Falta poco más de dos años para definir la sucesión, pero los números de la elección, se le  acomodan al mandatario para ver hacia el futuro. También queda claro desde ahora, que en Tamaulipas la disputa por el poder será entre el PAN y Morena; el PRI, de plano, no pinta en ninguno de los escenarios que vienen.
Por como están las cosas en los mandos nacionales de Acción Nacional, le permitirán al gobernador operar a sus anchas y sin sobresaltos las cuestiones del partido en Tamaulipas, y si no comete errores, y si la 4T, lo dejan, tendrá manos libres en la sucesión
Sobra decir entonces que a partir de ahora los hombres y mujeres con posibilidades de figurar  estarán bajo la lupa del mandatario y de la opinión pública estatal.
En el primer círculo del poder estatal, se habla de dos grupos que están ya en el radar del gobernador, y las querencias o preferencias se van a ir afianzando a partir de resultados y lealtades.
En  la primera línea están los más allegados: Gerardo Peña, el único del gabinete que le llena el ojo y la confianza al mandatario, y quien se perfila para pastorear el Congreso del Estado. En el mismo grupo está  Ismael su hermano como ya ha trascendido en las altas esferas nacionales. En estos dos casos, dicen, podría darse si Morena no crece, si todos los hilos del poder se mantienen en las manos del gobernador y si se consigue el aval del presidente López Obrador. En la misma línea se ha colado Arturo Soto, quien poco a poco se ha ganado la confianza del Ejecutivo. El diputado electo ocuparía la carta victorense, luego que Xico, como alcalde no ha logrado ni tantito cruzar el umbral de los elegidos; de hecho, el hombre del caballo y la zumba, ya no aparece en la lista de los candidateables.
En la segunda línea están los alcaldes: Maki Ortiz de Reynosa, Chucho Nader de Tampico y Enrique Rivas Cuéllar de Nuevo Laredo. Los tres entregaron buenas cuentas en la elección y cada uno a su modo traen empatías con el gobernador, aunque dependerá de ellos crecer políticamente o bajarse de la contienda. Si aspiran, están obligados a generar sus propias circunstancias que le permitan al PAN y al mismo gobernador ser tomados en cuenta, y en ese tenor tendría cierta ventaja Maki quien hacía el panismo real despierta más interés que los demás, aunque también tiene sus malquerientes.
En el caso de Maki, es una figura que tiende a crecer, porque cuenta con grupos de apoyo en el partido en todo el Estado, y mediáticamente, es más atractiva electoralmente de toda la lista  que tiene el gobernador en sus manos. Aunque, hay que decirlo, hacia el interior del gabinete polariza los ánimos, que para quienes le gusta en análisis, dicen, sería su principal fortaleza para entrarle a la contienda, tomando en cuenta que Morena, ya trae corriendo a sus caballos por todo el Estado.
Chucho Nader y Enrique Rivas, son alcaldes que quieren, y aunque tienen respaldos y amarres fuertes en el panismo estatal, le apuestan más a su lealtad hacia el gobernador para estar en a lista final. Ellos van más por ese camino, porque saben que el gobernador Cabeza de Vaca está buscando aparte de perfiles fuertes, lealtades probadas, y Chucho y Rivas se inscriben en ese marco.
Las cartas ahí están, y el banderazo se dio a partir de los resultados favorables del PAN. Como en los juegos del hambre, el más fuerza y el más inteligente, puede ganar, pero antes que todo, debe tener la bendición del jefe político del Estado.

Talachazos

EL FUTURO DE MARIO.-Mario Ramos, diputado federal por Movimiento Ciudadano, ha ido sido una grata revelación en el Congreso de la Unión. El aprendizaje que está teniendo en la Cámara y las gestiones que ha estado haciendo para la ciudad y su distrito, lo colocan en una posición atractiva para el futuro. Es joven y está haciendo amarres interesantes que lo colocan como una figura política nueva en el contexto local y estatal. No hay que perderlo de vista. Tiene todo para crecer.