Después de la detención de Alonso Ancira Elizondo en España, dueño de Altos Hornos de México y la orden de aprehensión liberada en contra de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, alguien más debe poner sus barbas a remojar, particularmente el ex presidente Enrique Peña Nieto que anda con una intensa vida frívola y social paseando por todo el país su impunidad.

Debe andarse con cuidado porque los odios y la venganzas andan sueltas en la 4T.

Comentábamos en este mismo espacio hace unos días, que ese «amor y paz» de AMLO y su presunto «perdón y olvido», es un discurso doble para que los adversarios del pasado se confíen y luego echarles el guante de la justicia. Andrés Manuel, trae tanto rencor acumulado que no le alcanzará su sexenio para saciar su sed de justicia; en su corazón hay muchos agravios y muchas afrentas que va a empezar a cobrar, y de paso le va a tapar la boca a aquellos que afirman y aseguran que los grandes corruptos de este país quedarán sin castigo.

El combate a la corrupción lleva implícita la cárcel, y no a uno, sino a muchos peces gordos que por años se han burlado de México y de toda la justicia, van a sentir al verdadero AMLO en los próximos meses. La soberbia y la prepotencia de Carlos Salinas, será un remedo cuando veamos a López Obrador llenando la cárcel de tanto funcionario malandrín que hasta hoy se sentía intocable; la carnicería y los ajustes de cuentas apenas comienzan. Se insiste desde ahora que un pez gordo del tamaño de un expresidente está en la lista del inquilino de Palacio Nacional, ¿y porqué no pensar en Peña Nieto?. ¿Quien se atrevería a defender a EPN si lo llevarán a prisión?, ¿cuantos aplaudirían a AMLO si llega a cumplirle el sueño a millones de mexicanos que quieren ver al ex presidente tras las rejas?.

Peña Nieto recuerda de cierta manera al ex gobernador tamaulipeco, Eugenio Hernández Flores, cuando le mandaron decir que no se apareciera por Tamaulipas porque podría despertar los celos del poder y podría acabar en la cárcel. Eugenio hizo caso omiso y más temprano que tarde, en una de sus incursiones al Estado lo detuvieron y es fecha de que sigue en prisión. El sabía que sus cuentas con los vientos de cambio en Tamaulipas no estaban bien, pero los desdeñó y hoy tras su encierro se arrepiente de no haber hecho caso a los mensajes que se le hicieron llegar. Así le puede ocurrir a Peña Nieto, quien cual quinceañero enamorado se pasea en público, atizando el enojo social y pensando que el rencor lopezobradorista no lo va alcanzar. Las señales que le están mandando son tan claras que su ignorancia no lo deja ver; cree y piensa que el hecho de haber ayudado a AMLO a llegar al poder lo salva de sus pecados. No entiende que los políticos no tienen memoria, y el primero que traiciona es aquel que te ayudó a llegar.

Son tiempos en que muchos veces gordos pongan sus barbas a remojar, porque en el ejercicio del poder no hay amistades y acuerdos que valgan.

Talachazos

A partir de las cero horas de este jueves, entra en vigencia la veda electoral en Tamaulipas y en todos cinco estados más donde el próximo domingo habrá elecciones.

¿Quien va a ganar el domingo?.

No hay que hacerle mucho caso a las encuestas, pues estas están devaluadas y desprestigiadas. El resultado que vale es el del domingo y no el que se dice desde ahora. El humor social va a ser determinante en el resultado a pesar de que haya maquinarias y estructuras para acarrear al votante a la urna. El voto es libre y la gente lo sabe; ya aprendió a decidir. Para quienes le entienden a estos procesos, aseguran que el domingo estará cargado de sorpresas. Ya veremos, dijo el ciego.