Según los astrónomos rusos, las dimensiones medias de este cuerpo celeste rondan los 166 metros y su longitud es de 290 metros.
“La masa del cuerpo supera aproximadamente en mil veces la masa del meteorito de Cheliábinsk”, añadieron.
Pese a sus considerables dimensiones, señaló el Laboratorio, “la probabilidad de que dicho cuerpo impacte contra el planeta es ínfima”, por lo que calificaron de “nula” esta posibilidad.
Eso sí, solo podrá ser observado con ayuda de un telescopio de 300 milímetros para aficionados avanzados o profesionales.
Los científicos rusos indicaron que se trata de uno de los mayores que pasará a una distancia de menos de un millón de kilómetros de la Tierra y destacaron que durante toda la historia de la humanidad no ha caído ninguno tan grande.
De hecho, el famoso cráter Barringer de Arizona fue provocado por la caída de un meteorito entre diez y cien veces menor hace unos 50 mil años.
Según los cálculos astronómicos este asteroide está “en cierto sentido sincronizado con la Tierra y periódicamente pasa cerca del planeta”, señalaron los científicos, que recordaron que fue visto la última vez el 17 de septiembre de 1940 y volverá a acercarse en septiembre de 2173.
Con información de EFE