martes 22 de octubre de 2024, Ciudad Victoria, Tamaulipas

“Falló el tensor y vino la desgracia”: Padre Vargas

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas. Minutos antes de la tragedia en la Iglesia de La Santa Cruz, en Ciudad Madero, el padre Ángel Vargas, caminaba entre las bancas, ungiendo a los niños en la liturgia del bautismo y de pronto, uno de los tensores que hacen presión en esta obra de ingeniería reventó. “Se reventó el tensor…
Por Crónica Digital MX
octubre 3, 2023

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.

Minutos antes de la tragedia en la Iglesia de La Santa Cruz, en Ciudad Madero, el padre Ángel Vargas, caminaba entre las bancas, ungiendo a los niños en la liturgia del bautismo y de pronto, uno de los tensores que hacen presión en esta obra de ingeniería reventó.

“Se reventó el tensor y entonces es como se vino abajo la losa, es una experiencia terrible y más por el hecho de perder personas, familias inocentes que pues quisieron guiar su camino de regreso a la casa del padre”.

Así, el padre Ángel Vargas narró los minutos previos a la tragedia y después el impacto que tuvo al ver caer la losa sobre las familias que estaban en el templo.

Entrevistado por el periodista Joaquín López Dóriga, el párroco de la Iglesia de la Santa Cruz de Ciudad Madero, estaba celebrando la misa de bautizo colectivo y fue testigo de la tragedia de 11 personas fallecidas y al menos 52 heridos.

El Padre Ángel, narra: “la misa principal, ya había concluido, solamente habían quedado las personas que venían a bautizar a sus hijos en los bautismos comunitarios que hacemos cada domingo”.

Precisa: “La impermeabilización no se hizo hace casi 10 años, se hizo hace casi 3 donde no se detectó nada, era una losa sólida, no como hoy una antigua con un tensor que mantenía precisamente haciendo la fuerza, los que son de ingeniería, este tensor falló, se reventó el tensor”.

No es difícil escuchar una voz del padre Ángel Vargas muy afectada, parece que sigue viendo la caída de esa gran losa y escucha los gritos de dolor que hacían los heridos.

Añade: “Reventó el tensor yo estaba ungiendo los niños, yo iba pasando banca por banca cuando se revienta el tensor y algunos pudimos salir y otros no, se vino de súbito la losa totalmente, absolutamente se vino abajo, y bueno pues este fue el resultado”.

“Se puede decir que estaba a mitad de la construcción de lo que es el templo, pero el templo tiene la losa dividida en 2 partes, una parte frente al altar son alrededor de 8 o 10 metros y luego todo lo demás, entonces la losa del altar se mantuvo y por eso esa losa no se vino abajo”.

El padre Ángel, es quien abraza al Obispo de la Diócesis y comienza a llorar recargado en el hombro.

Destaca la labor de los rescatistas porque menciona a los los bomberos y la cruz roja, al equipo de Protección Civil, la Marina que vino desde México con los caninos a dar el apoyo al Gobernador al Presidente de Madero, de Altamira, la gente, los voluntarios.

“Es esa la experiencia más terrible que yo haya tenido hasta ahorita en mi vida el tener que entrar a un lugar donde tienes que bendecirlos y pedirle a Dios que los lleve con ellos, es algo que tal vez nunca olvidaré y tal vez eso también sea para que nunca olvide pedir por ellos y sus familias como invito a todos a que lo hagan”.

“Mucha gente está sufriendo por la pérdida, sufren por el accidente, por estar mal, por estar lastimados, lesionados, sufren por miedo al temor, al terror que producen estos acontecimientos y yo pido a todo el público una oración sean de la religión que sean que elevemos una súplica a Dios para que las familias encuentren la paz”.

Hay una escena donde el Padre Angel Vargas, aparece también sobre los escombros, unos minutos después del derrumbe de la losa.

“ La verdad pienso en todas esas familias y me duele mucho, me lastima fuertemente; mañana (este martes) tendremos una misa a las 11 de la mañana en la Parroquia del Sagrado Corazón de Madero, en el mero centro, para pedir por todos ellos y espero que sus familias puedan estar ahí y poderles abrazar”.

El periodista le recuerda la escena donde se quiebra en los brazos del Obispo y le pregunta si fue el único momento en el que se rompió.

“No, el momento más difícil, ha sido el momento, en el que bendecí los cuerpos de cada uno, ese es el momento más duro realmente el tener que despedirlos y decirles bueno espero pronto verlos pero imagínate bendecir a un niño o sea volteas para arriba y decir señor o sea toma la mía y deja la de él, es una cosa que ni siquiera te puedo explicar”.