CIUDAD DE MÉXICO.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abrió la puerta para la importación de vacunas contra el COVID-19.
“La vacuna se puede aplicar de manera universal a todos, es un derecho el que se tengan todos los medicamentos, vacunas, es un derecho constitucional el derecho a la salud, y nosotros hemos hecho el compromiso de que medicinas para los que no tienen seguridad social son entregados de manera gratuita y se incluyen vacunas, eso no es ningún problema”, indicó.
“Sí, sí, sí, y también hemos sostenido que el que quiera comprar vacuna y se quiera aplicar cualquier vacuna lo puede hacer, no vamos a impedir que se use una medicina, una vacuna, de ninguna manera, pero sí es una responsabilidad del Estado garantizar el derecho a la salud”, dijo.
El Gobierno mexicano anunció la semana pasada que usará más de 9 millones de dosis de las vacunas de Rusia, Sputnik, y de Cuba, Abdala, en su estrategia de refuerzo contra el COVID-19, cuyos casos han aumentado en Estados Unidos de forma reciente.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, expuso que México cuenta con más de 5.38 millones de dosis comprometidas de Abdala, además de la próxima llegada de 4 millones de unidades de Sputnik.
“Están aseguradas las llegadas de ambas, tanto la de Sputnik como las restantes de Abdala. La ruta crítica de entrega será para la segunda quincena de octubre”, reveló el funcionario en la conferencia diaria del Gobierno.
El anuncio de México ocurre un día después de que la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA, en inglés) aprobó las vacunas actualizadas de Moderna y Pfizer/BioNTech contra la covid-19 en medio de un aumento de casos y hospitalizaciones y el surgimiento de nuevas variantes.
México, donde el 76 por ciento de la población ha recibido al menos una dosis, fue uno de los países con uno de los portafolios más amplios, al incluir las estadounidenses Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, y la británica AstraZeneca, pero también fármacos de Cuba, Rusia y China.
El Gobierno mexicano ha recibido críticas por apostar a los fármacos de Rusia y Cuba contra el COVID-19 porque no están avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con información de López-Dóriga Digital