ESTADOS UNIDOS.
Un juez en Texas escuchó ayer los argumentos de las partes en una demanda presentada por el Gobierno del presidente Joe Biden en contra de una barrera de boyas instalada en el río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México, por parte del gobernador del estado, el ultraconservador Greg Abbott.
El magistrado David Ezra, del distrito oeste de Texas, celebró una audiencia para estudiar el caso, mientras que decenas de activistas protestaron a las afueras del tribunal en contra de las medidas que el Gobierno estatal ha tomado para dificultar el cruce de migrantes.
La polémica barrera flotante, que se extiende por unos 300 metros sobre el río fronterizo, ha generado un conflicto entre el Gobierno federal, que pide que se retire, y el estatal, que denuncia una supuesta “invasión” en su territorio.
El gobernador texano Greg Abbott ordenó mover las boyas hacia terreno estadounidense, como respuesta a denuncias por parte del Gobierno mexicano.
La demanda presentada por el Departamento de Justicia argumenta que el Gobierno de Texas infringió la ley al colocar la barrera en un río “navegable” sin un permiso del Ejecutivo federal.