CIUDAD DE MÉXICO.

La atención médica que se brinda a nivel estatal a la población sin seguridad social no se verá interrumpida durante el proceso de  transferencia del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) hacia el IMSS-Bienestar, aseguró a Excélsior, Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Robledo Aburto añadió que tampoco habrá saturación de servicios, ni desabasto de medicamentos en el Seguro Social, porque el instituto tiene su propio presupuesto producto de las cuotas de obreros y patrones.

Sostuvo que para  la federalización de los servicios de salud, en el presupuesto de egresos para ejercerse este año ya estaban contemplados diferentes financiamientos con el objetivo de atender a  la población sin seguridad social.

Robledo Aburto añadió que durante 2023 se mantendrá el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (Fassa) que va directamente a los estados, y cuando se firmen los nuevos convenios se establecerá el monto de recursos que se le transferirán al IMSS-Bienestar, el cual, dijo, ha tenido un aumento de 500% en su presupuesto.

Zoé Robledo señaló que en las 24 entidades del país donde  empezó la implementación de la federalización de los servicios de salud a través del IMSS-Bienestar ya se atiende al 80% de los mexicanos que no tienen seguridad social.

Y no  se descarta que antes de que cierre este año esta cifra aumente con la adhesión de otras dos entidades, donde, dijo, podría haber cambio de gobierno, como Coahuila y el Estado de México, donde habrá elecciones el próximo 4 de junio.

Reiteró que a las entidades federativas que han decidido no sumarse al IMSS-Bienestar, como son Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Chihuahua y Yucatán, aún con la desaparición del Insabi, no se les obligará a adherirse al IMSS-Bienestar, por lo cual, seguirán operando sus propios servicios de salud.