Por Arturo Rosas H.

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.

Cuatro días después de las elecciones del SNTE, donde ganó Arnulfo Rodríguez, la base del magisterio dejó sentir otra vez su peso como lo hizo en las urnas.

Arropado por porras, coros y otras manifestaciones de respaldo, Arnulfo, mostraba a los invitados especiales, el diez que le daban las bases.

En medio de un coro ensordecedor.. ¡sí se pudo, sí se pudo” en el aula del SARTET.

A sus 75 años Arnulfo, volvió a entrar al salón del poder por la puerta de enfrente.
Y en el reparto de calificaciones, Rigoberto Guevara, líder saliente, se fue reprobado y con el rostro desencajado al recibir, reclamos de los docentes congregados.

El contraste Arnulfo, se mostraba feliz.
Bromista, tanto que al tomar la palabra expresó en inglés pocho “mere moments” . Gracejada que le festejó el auditorio.

El invitado especial, el gobernador Américo Villarreal, fue testigo de este singular reparto de calificaciones.

Al dar un recuento de los números que arrojó este proceso Carlos Gutiérrez quien representó al líder nacional del magisterio Alfonso Cepeda Salas, lo usó como ejemplo de democracia.

En el salón repleto se detalla que votaron masivamente del 90 por ciento de maestros en esta primera elección abierta.

Instalado en el micrófono, Arnulfo, sentenció “Ya llegó el tiempo, ya”. Y ahí dio la primera lección a los que le espetaba que estaba viejo.

Con cortesía política se dirigió a la Secretaria de Educación Lucía Aimé Castillo Pastor a quien le dijo: “Tuvimos la suerte de trabajar varios años con ella… creo que nos vamos a entender”.

El magisterio, celebró cada frase y palabras de Arnulfo y más cuando dijo que los maestros estaban muy contentos con el Presidente de México, que les quitó “esa maldita reforma educativa” y como si fuera algo planeado, los maestros comenzaron a gritar ese coro de campaña: “¡gobernador!, ¡gobernador!, ¡gobernador!”.

“Doctor, ayúdenos, nosotros somos muy recíprocos… si usted nos da veinte, nosotros le damos ochenta, y si nos da treinta, le damos cien”.

Para ese momento, el profe Arnulfo tenía el control de la clase: “Se vienen tiempos difíciles para el país y también para el estado, hay que estar unidos. Yo siempre he dicho que los maestros son un ejército pensante… no es necesario que ande detrás de nosotros, valórenos y ahí estaremos”. La clase había terminado.