Por Arturo Rosas H.

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.

El primer debate de los tres aspirantes a la gubernatura, salvo algunos amagos por golpear fuerte a sus oponentes, terminó en un round de sombra.

Américo Villarreal, quien aparece puntero en las encuestas, fue el blanco de la ofensiva de los otros dos aspirantes.

Pero tuvo la habilidad para esquivar los jab, sin responder a las acusaciones en su contra y a señalamientos personales, luego que inicialmente las tildó de falsas.

Y contestó en otras con propuestas, lo que dejó sin efectos la mayoría de los golpes.

En este evento, el ansia de peleador bisoño orilló a Arturo Diez a fajarse con uno y con otro. Pero sin poder en ‘ los puños’… su golpeteo resultó inofensivo.

El Truco Verástegui, quien traía sus mejores golpes con señalamientos a Américo, por su papel como presidente de la Comisión de Salud del senado y por las versiones sobre su relación con Sergio Carmona, no pudo conectar como se esperaba.

Se estrellaron en la guardia arriba de Villarreal, que soslayó los señalamientos y se dedicó a exponer y machacar sus proyectos de su gobierno y lo que hará para no cometer los errores del PRIAN.

Con un formato muy restringido en el debate que pareciera un ring sin las dimensiones oficiales, los candidatos se vieron obligados a ‘abrazarse’, en más de una ocasión, por no haber la distancia para tirar más golpes.

La moderadora, Ana María Lomelí, convertida en la réferi, tuvo que llevar a los candidatos al debate al centro del cuadrilátero para recordarles las alusiones personales, como golpes que esquivaban, pero deberían de responder.

Con los guantes azules bien puestos, César “el truco” Verástegui, le insistía al pantaloncillos guinda que respondiera al ataque.

Se trataba de uno de sus mejores golpes sobre el tema de los Carmona, pero logró conectar del todo.

El enfrentamiento era claro, directo, pero el morenista logró dar largas al tiempo para acabar el round de sombra.

Hubo un momento en que el Jap de Américo fue para recordar que el gobierno del Estado fue el que hizo el acuerdo financiero con los Carmona al darle entre 50 y 90 contratos, muchos de ellos que no se pagaron y por eso el rompimiento con el PAN.

Hubo momentos en que, en el debate de los candidatos a Gobernador en Tamaulipas, el pugilista de Movimiento Ciudadano, fue el más entrón, tiró los jab e intentó golpes bajos y al hígado como lo hacía Julio César Chavez pero no conectó del todo.

Américo y el truco Verástegui, tenían una guardia arriba y el de guantes azules entró y lo noqueó casi al final de la contienda.

El truco fue defenderse hasta el último minuto, después de que Arturo se había envalentonado y hasta les dijo que los dos, Américo y Verástegui, no podían hacer mucho por la seguridad si tenían acuerdos con la delincuencia.

Uno de los golpes fue expresado por Diez Gutiérrez, cuando los punteros hablaron de seguridad.

“Yo no sé de qué están hablando, si los dos están hasta el tronco con la delincuencia organizada que no combatieron”.

En el centro del ring Arturo cuestionó: ¿Hubo pacto con la delincuencia?, le preguntó a Verástegui.

La moderadora, le pidió a el truco que respondiera. “Nunca ha habido un pacto con la delicia… jamás”, aseguró el panista.

Estaba terminando la contienda y “el truco” Verástegui soltó los últimos golpes.

“Arturo que no ha hecho nada en su vida, lo mantiene el suegro y le apodan el tarugo. Américo le dice el tibio, que también es bueno para nada”.

Su defensa la trabajó: “Así se me dicen, el truco, porque el truco es defender, es construir seguridad pública para todos”.

Y Américo dio un golpe recto como propuesta: “Tamaulipecos, estamos claros, solo hay dos alternativas: seguir como estamos o que llegue la esperanza del cambio en Tamaulipas”.

El campanazo sonó, los tres ya habían enzarzado los principales temas para dejar marcado sus terrenos y fuerzas pero sin hacerse daño.